La práctica budista básica de los miembros de la Soka Gakkai consiste en entonar Nam-myoho-renge-kyo, recitar partes del Sutra del loto (lo cual se conoce como gongyo) y transmitir a otros las enseñanzas del budismo para ayudarlos a superar sus dificultades.
La recitación de Nam-myoho-renge-kyo fue establecida por Nichiren (1222-1282), un sacerdote budista japonés que se propuso restaurar el budismo a su espíritu original e identificó el Sutra del loto como la enseñanza esencial del buda Shakyamuni.
Un elemento fundamental para la práctica del budismo Nichiren es el Gohonzon, un rollo de escritura inscrito por Nichiren con caracteres chinos y sánscritos, en el cual los miembros de la Soka Gakkai se enfocan durante la recitación. El Gohonzon facilita a las personas el proceso de percibir y activar desde el interior de la vida el propio estado de budeidad.
La práctica diaria del gongyo conduce a los practicantes a mejorar, fortalecer y transformar su vida. La transmisión de las enseñanzas budistas a los demás pone al alcance de otros ese poder transformador y promueve el ejercicio de la solidaridad. Por lo tanto, la práctica del budismo es para la felicidad personal y para la felicidad de los semejantes.
La fe es la base que sustenta la práctica y el estudio. La práctica motiva el estudio, y este inspira la práctica. A su vez, la fe se profundiza a través de la práctica, mientras que las experiencias que se adquieren mediante la práctica fortalecen más la convicción. Este proceso podría describirse como el reto permanente de orientar el corazón hacia el ideal de la budeidad, es decir, desplegar de manera incesante el propio potencial del bien; la capacidad de convertir cualquier situación negativa en una fuente de crecimiento y de beneficios, y de una vida dedicada a ayudar al prójimo a iniciar este mismo proceso.
Los miembros de la Soka Gakkai estudian las enseñanzas de Nichiren para que su comprensión de los principios budistas se vuelva más profunda. Estos escritos (colectivamente llamados “Gosho” o “escritos honoríficos”) reúnen cartas dirigidas a sus discípulos, así como también tratados e interpretaciones doctrinales. El estudio de estos textos fortalece la fe y la convicción, y ese acendramiento se expresa en la práctica.
Uno de los principios fundamentales de la Soka Gakkai es el concepto de la “revolución humana”: la idea de que la transformación interior de un sujeto genera un cambio positivo en sus circunstancias y, finalmente, en la sociedad en su conjunto.
Este cambio se produce cuando los practicantes enfrentan los retos de la vida diaria por medio de la práctica budista, se proponen hacer valer su potencial, vencen sus tendencias negativas y asumen la responsabilidad sobre su vida y su destino. El cambio en escala global es el resultado de este giro interior en la vida individual: del miedo, a la confianza; de la destrucción, a la creatividad; del odio, a la bondad.
Como señala Nichiren: “El propósito con el cual nació en este mundo el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, yace en su comportamiento como ser humano”. De tal manera, el budismo enseña cómo elevar nuestra propia humanidad hasta su máxima expresión.
Los miembros de la Soka Gakkai llevan a cabo la práctica budista en sus hogares, pero también se reúnen periódicamente en su comunidad o vecindario. La tradición de las reuniones de diálogo en grupos reducidos se remonta a los primeros días de la organización, en el Japón de la década anterior a la guerra. Estos encuentros son un punto de convergencia donde los miembros estudian los principios budistas y la forma de aplicarlos en su vida cotidiana.
En general, se celebran una vez por mes, y casi siempre en los hogares de los practicantes. Allí, los participantes tienen oportunidad de entablar relaciones significativas en un marco de camaradería y de pertenencia comunitaria.
Un elemento central en las reuniones de diálogo de la Soka Gakkai es el relato de experiencias en la fe, que permiten apreciar los avances en la vida de la gente por medio de la práctica budista. El ejemplo de quienes enfrentan y resuelven dificultades alienta a otros a abordar sus propios problemas.
De esa manera, las experiencias individuales de avance sirven para inspirar un movimiento más amplio de transformación social.
El budismo Nichiren abarca la práctica para uno y práctica para los demás, y la acción en la sociedad.
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