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Linaje budista

Detalle de la puerta sur de la Gran Estupa de Sanchi

La Soka Gakkai es una organización de base comunitaria que sigue la tradición budista establecida por Shakyamuni (Siddhartha Gautama) en la India, continuada por Nagarjuna y Vasubandhu en ese país, y desarrollada por Zhiyi (el gran maestro Tiantai) y Miaole en la China, y por Dengyo y Nichiren en el Japón.

El budismo que se practica en la Soka Gakkai se basa en las escrituras del Mahayana y, más concretamente, en el Sutra del loto. A tono con ello, la Soka Gakkai lleva a cabo, en el mundo contemporáneo, diversas actividades religiosas y sociales alineadas con la filosofía altruista del Sutra del loto.

Shakyamuni

Monumento de piedra en forma de cúpula, con puertas de acceso flanqueadas por columnas talladas
La Gran Estupa de Sanchi en India que alberga, según se dice, reliquias del Buda Shakyamuni [Fotografía de Udit Sharma CC/BY-SA]

Shakyamuni, fundador del budismo, nació hace unos 2500 años en la familia real de un Estado cuyo territorio hoy es parte de Nepal. En su temprana juventud, tuvo ocasión de observar los sufrimientos de la vejez, la enfermedad y la muerte; y aun siendo él mismo joven y sano, comprendió que estas aflicciones eran aspectos ineludibles de la condición humana. Renunció entonces a la vida secular y emprendió una gesta espiritual en busca de una filosofía correcta que esclareciera el significado de la vida en beneficio de todas las personas.

Shakyamuni estudió las enseñanzas tradicionales y las nuevas ideas de su época, pero no se sintió satisfecho con lo que ellas planteaban. Practicó entonces la meditación y analizó profundamente la causa raíz del sufrimiento, así como las formas de revertirla. Este proceso lo condujo a desentrañar la ley eterna y universal que permea el cosmos y la vida de cada individuo. Esa Ley (o Dharma) con respecto a la cual se iluminó es la esencia del budismo.

Shakyamuni comprendió que los seres humanos sufrían porque ignoraban el valor intrínseco de su vida y porque no podían trascender el egocentrismo, producto del apego a deseos ilusorios y a las pulsiones destructivas del yo. Enseñó a la gente que la forma de liberarse del yo inferior y de manifestar su estado más puro y elevado era tomar conciencia de esa Ley universal. Explicó que ese estado enaltecido era el recurso más noble y esencial que necesitaban las personas para vivir una existencia plenamente humana.

En otras palabras, su propósito fue restaurar la fuerza vital de las personas y permitirles abrir los ojos a su naturaleza fundamentalmente digna, para que cada uno, activando su sabiduría interior, pudiera liberar su potencial sin límites.

Shakyamuni también destacó que la conciencia sobre la valoración que merece la propia vida debía conducir a respetar el valor y la dignidad de los demás.

Después de su muerte, sus muchas enseñanzas —siempre centradas en el amor compasivo y en la sabiduría— se compilaron en forma de sutras o escrituras sagradas, que originaron con el paso del tiempo un vasto sistema de doctrinas y de escuelas budistas.

El Sutra del loto

El movimiento del Mahayana surgió unos quinientos años después de la época de Shakyamuni, y dio lugar a una suerte de renacimiento budista. En el transcurso de varias centurias, se compilaron muchos nuevos sutras, uno de los cuales fue el Sutra del loto.

Fragmento de un antiguo texto sánscrito del Sutra del loto [© The Institute of Oriental Philosophy]

Esta escritura expone el juramento que Shakyamuni había formulado en el remoto pasado —hacer que todos los seres accedieran al mismo estado de vida elevado que él había adquirido— y dice que ese compromiso se había consumado mediante la prédica del Sutra del loto. Este texto reiteradamente invita a ejercitar una conducta solidaria y compasiva para heredar y expresar de manera tangible la eterna esperanza de Shakyamuni.

En lo que respecta a su estructura, el Sutra del loto es un intercambio dialéctico entre Shakyamuni y sus discípulos. La primera mitad del texto nos permite saber que todas las personas poseen al igual que un buda, la sabiduría y la capacidad de amar compasivamente. También nos muestra el camino para que todos puedan adquirir el mismo estado de vida que Shakyamuni. En la segunda mitad del sutra, se revela que Shakyamuni, en realidad, había logrado la iluminación en el remoto pasado y que la multitud de budas presentes en la asamblea eran sus manifestaciones corpóreas. En ese sentido, el Sutra de loto puede entenderse como el fundamento de las enseñanzas expuestas por todos los Budas.

Además, este texto declara que sus enseñanzas deberán ser ampliamente transmitidas después de la muerte de Shakyamuni, en un futuro convulsionado en que la humanidad vivirá a merced del sufrimiento, el escepticismo y la confusión, para que sus principios puedan infundir esperanza, valentía y seguridad a la gente. En el Sutra del loto queda expresado el deseo universal de cultivar una felicidad indestructible para uno mismo y para los demás, y se revela la enseñanza más importante de Shakyamuni: el medio para superar la causa raíz de los sufrimientos.

Basados en este sutra, Nagarjuna, Vasubandhu, Zhiyi, Miaole y Dengyo —cada uno en su contexto histórico y cultural— orientaron a las personas a activar y revelar su potencial ilimitado.

El Sutra del loto ha sido un texto transmitido y venerado por numerosos pueblos y culturas a lo largo de los siglos. En la India, las ideas y enseñanzas del budismo Mahayana y del Sutra del loto alcanzaron amplia difusión a través de Nagarjuna y Vasubandhu. En la China, Zhiyi en el siglo VI y Miaole en el siglo VIII fundamentaron en diversos comentarios la superioridad del Sutra del loto con respecto a las demás escrituras budistas. En el siglo IX, Dengyo las dio a conocer en el Japón y se dedicó a divulgar extensamente el concepto de la iluminación de todas las personas, postulado en el Sutra del loto.

A lo largo de este proceso, el canon budista se fue enriqueciendo en múltiples dimensiones, a medida que los principios del sutra se universalizaron y que se esclareció el genuino propósito de Shakyamuni.

Nichiren

Nichiren, nacido en el Japón del siglo XIII en una época de gran conflicto e inestabilidad, vivió consciente de las aflicciones del pueblo y buscó una forma de resolver la cuestión del sufrimiento humano.

Una representación de la costa de Kamakura del siglo XIX por Hiroshige

Se propuso ser un genuino discípulo de Shakyamuni, el buda que había concebido el budismo como un medio para establecer el digno valor y la felicidad verdadera de todas las personas. A partir de estudiar los sutras budistas y los comentarios de los estudiosos que le habían precedido, Nichiren concluyó que el Sutra del loto era la enseñanza que permitía el florecimiento del potencial humano en todos los ámbitos sociales.

En su tratado clave titulado ” Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra” (Rissho Ankoku Ron en japonés), aclaró cómo la aceptación de las enseñanzas del Sutra del loto, con su mayor respeto por la dignidad humana, sentaría las bases de una sociedad pacífica.

La firme determinación de Nichiren era hacer realidad una sociedad armoniosa.
Sin embargo, los otros maestros budistas de su época, en el afán de conseguir adeptos, pero sin comprender el auténtico propósito del Buda, se limitaban a practicar las enseñanzas provisionales. Estas figuras, asimismo, contaban con el favor y el patrocinio de líderes con autoridad secular que se contaban entre sus seguidores.

Nichiren sufrió persecuciones y actos de represión, dirigidos por gente poderosa que adhería a lo que él consideraba creencias equivocadas sobre el budismo. Así y todo, puso en riesgo su vida para alentar y revitalizar al pueblo, tal como enseñaba el Sutra del loto. En este proceso, estableció la práctica de entonar Nam-myoho-renge-kyo e inscribió como objeto de devoción un rollo o mandala conocido como el Gohonzon. De este modo, Nichiren postuló una práctica concreta para lograr la budeidad, basada en la enseñanza medular del Sutra del loto.

Los sutras budistas describen nuestra era actual, que comenzó unos dos mil años después de la muerte de Shakyamuni, como el Último Día de la Ley, una época de tumulto y confusión. La Soka Gakkai considera a Nichiren como el Buda del Último Día de la Ley, cuyas enseñanzas son capaces de brindar esperanza en este momento desafiante y llevar a todas las personas a la iluminación.

Nichiren se rigió durante toda su existencia por el principio de afirmar la dignidad de todos individuos como pilar espiritual del género humano, para hacer posible un mundo de paz donde cada individuo pueda gozar de una vida plena.

La Soka Gakkai

Una docena de personas diversas dialogando en un amplio salón de un domicilio
Reunión de diálogo de la Soka Gakkai en San Francisco, EE. UU. [© Seikyo Shimbun]

La defensa de la dignidad y de la igualdad entre todos los congéneres sigue siendo el gran desafío —incesante desde los tiempos de Shakyamuni— por superar la naturaleza destructiva e insidiosa del egoísmo que corroe la vida humana y erosiona el entramado social. En la época actual y basados en las enseñanzas de Nichiren, los miembros de la Soka Gakkai han asumido la herencia de esta misión. En pocas palabras, su tarea es el establecimiento de un nuevo humanismo; la búsqueda de la felicidad para uno y para los otros, dando centralidad a la confianza, la creación de valor y la armonía.

Mediante su práctica budista, las personas pueden superar diversos desafíos, reflexionar profundamente sobre sí mismas y hacer valer su espíritu de desafío, valentía y esperanza. Asimismo, pueden adoptar valores firmemente asentados en el humanismo y cultivar una sólida personalidad. Los miembros de la Soka Gakkai llaman “revolución humana” a este proceso de cambio sustentado en la motivación interna.

La práctica del budismo Nichiren se orienta al despliegue del potencial inherente y al ejercicio cabal de las propias responsabilidades, tanto en la familia como en la comunidad o el lugar de trabajo. También contribuye a resolver los numerosos problemas que afronta la humanidad.

Los miembros de la Soka Gakkai en todo el mundo se consagran a promover la paz, respetar los derechos humanos y concientizar a sus semejantes sobre los problemas ambientales. Los motiva la visión de Nichiren de “rissho ankoku”, el logro de una sociedad pacífica arraigada en el respeto a la dignidad de la vida. Creen que kosen-rufu, la propagación de la esperanzadora filosofía del budismo, conforma la base para tal sociedad.

La Soka Gakkai es una organización dedicada a revitalizar el legado del humanismo budista, cuyos pilares son la creencia en la naturaleza de Buda de todas las personas y la acción solidaria y altruista para revelar esa naturaleza. Esta es la herencia espiritual recibida de Shakyamuni y transmitida por Nichiren a la posteridad.

La Soka Gakkai reconoce este legado como la esencia del budismo, cuya tradición y espíritu aspira a difundir en la sociedad contemporánea, de hoy al futuro.

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