Parte 1: La felicidad; Capítulo 2:
Cultivar un estado de vida feliz [2.8]
2.8 Todos ustedes son nobles budas
En sus novelas La revolución humana y La nueva revolución humana, el presidente Ikeda narra la historia del genuino espíritu de Gakkai, valiéndose de un protagonista —Shin’ichi Yamamoto— que es su propio alter ego. En este fragmento de La nueva revolución humana, Shin’ichi —en su carácter de presidente de la Soka Gakkai— orienta a los miembros en un encuentro informal, durante una visita a la prefectura de Mie, en abril de 1978. Allí recalca que cada persona es un noble buda, dotado de una misión de supremo valor.
—La Soka Gakkai es un mundo permeado por la fe. Digamos que la fe es su principio y su final. La clave, entonces, es saber ver las cosas desde esa perspectiva.
»¿Pero qué es la fe? Es tener la absoluta convicción de que todo es parte de nuestro ser y de nuestra vida; es creer con total claridad que uno mismo corporifica la Ley Mística y es un buda. Nichiren Daishonin escribe: «Jamás piense que están fuera de usted mismo ninguna de las ochenta mil enseñanzas sagradas que predicó el buda Shakyamuni a lo largo de su vida, o que predicaron los budas y bodhisattvas de las diez direcciones y de las tres existencias del pasado, presente y futuro».1
»La única forma de librarnos de la ilusión y del sufrimiento —nos enseña el Daishonin— yace en creer que el estado de vida ilimitado de la budeidad reside dentro de nosotros, en entonar seriamente Nam-myoho-renge-kyo y en mejorar y perfeccionar nuestra vida. Todos ustedes son originariamente budas. Crean en ustedes mismos. No tienen por qué compararse con los demás ni de permitir que eso defina su satisfacción consigo mismos.
»El camino para establecer un estado de vida inamovible, de felicidad absoluta, solo existe en cultivar su propia existencia y en activar la naturaleza de Buda que hay dentro de ustedes.
»Si no creen que corporifican la Ley Mística, nunca tendrán confianza en ustedes mismos en el sentido más genuino de la palabra; siempre estarán buscando la senda de la felicidad fuera de su propia vida.
»Pero ¿adónde nos conduce esto? A vivir pendientes de la opinión de los demás y a depender de las circunstancias externas, felices un día y deprimidos el día siguiente. Estarán a cada instante comparándose con otras personas en todos los ámbitos: la riqueza económica, el estatus social, la personalidad, el aspecto físico y tantas otras cuestiones. Cuando se consideren mejores que el resto, se sentirán superiores. Esto alimentará su jactancia y no los dejará examinarse objetivamente. Pero cuando crean que otros lo están haciendo mejor que ustedes, se sentirán deprimidos, fracasados o impotentes.
»Es más, si dan demasiada importancia a lo que opinen los demás, cualquier comentario o gesto bastará para que se sientan ofendidos o heridos. El rencor o el despecho los harán odiar a esas personas por haber dicho algo «terrible» de ustedes, por no valorarlos o por ser crueles.
»Algunos viven tan pendientes de la aprobación ajena que se vuelven obsecuentes o hacen cualquier cosa con tal de ganarse el favor de la gente.
»La causa fundamental del rencor es la ilusión o la ignorancia con respecto a la verdadera naturaleza de su vida. Aunque practiquen el budismo Nichiren, si no pueden creer de verdad que son «torres de los tesoros» y que son budas, siempre buscarán la dicha afuera. Y esto abrirá las puertas a las funciones demoníacas.
»Ustedes son budas nobles y magníficos. Son personas dotadas de una misión increíblemente valiosa. No se comparen con los demás. Valórense y acéptense por lo que son y siempre enfóquense en desarrollar el potencial único que cada uno posee.
»A la vez, así como ustedes son budas, también lo son los otros. Por eso es importante respetar y valorar al máximo a cada camarada. Esta es la clave de la unión en el mundo de la Soka Gakkai.
De La nueva revolución humana, volumen 29, capítulo «Rikiso» (Avance impetuoso).
La «sabiduría para ser feliz y crear la paz» es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.
- *1El logro de la budeidad en esta existencia, en Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 3.