Islandia en pos de la igualdad de género: Una conversación con la ex primera ministra Katrín Jakobsdóttir
Katrín Jakobsdóttir, la segunda mujer en ocupar el cargo de primera ministra en Islandia (2017-2024), expone sus ideas acerca del recorrido de su país hacia la igualdad de género en una entrevista con el periódico de la Soka Gakkai, Seikyo Shimbun, en enero de 2024. De acuerdo con el Índice Global sobre la Brecha de Género del Foro Económico Mundial, desde el 2009, es decir durante 14 años consecutivos, Islandia se mantiene como el país con la menor desigualdad de género.
El día libre de la mujer para cambiar la historia
Islandia es conocida como el país con mayor igualdad de género. ¿Cuál ha sido el motor para avanzar en esta cuestión?
Es verdad que se dice que Islandia tiene la menor brecha de género, pero yo creo que aún no hemos alcanzado la igualdad plena. No obstante, es cierto que las mujeres de aquí han trabajado por sus derechos durante siglos y décadas, y la situación actual es el resultado de esa lucha.
Un punto de inflexión importante fue un acontecimiento que ocurrió el 24 de octubre de 1975, el año antes de que yo naciera. Ese día tuvo lugar una huelga de mujeres en la que participó el 90% de las islandesas.
Las mujeres dejaron sus puestos de trabajo, declarando que lo hacían porque no cobraban lo mismo que los hombres, y se negaron a trabajar o a realizar tareas domésticas.
La jornada pasó a la historia como el Día Libre de la Mujer y desde entonces se han celebrado huelgas similares en numerosas ocasiones. El año pasado, unas 100.000 manifestantes acudieron a la cita. La huelga de mujeres es un buen ejemplo de la manera en que las islandesas llevan décadas luchando por la igualdad de género y tomando medidas radicales para conseguirla. Gracias a estas acciones, la paridad ha arraigado profundamente en Islandia.
Otro catalizador para el avance social de la mujer y la promoción de la igualdad de género fue la implantación de dos sistemas, ejemplos de cambios estructurales que se han realizado para garantizar una mayor paridad.
En la década de 1980 se aplicó la política de «jardín de infancia para todos los niños», lo que permitió que los niños de entre 2 y 6 años recibieran atención infantil incondicional en las guarderías o escuelas de educación temprana para que las mujeres pudieran participar en el mercado laboral.
Además, en el año 2000, el parlamento promulgó una nueva ley, la Ley Islandesa de Licencia de Maternidad, Paternidad y Parental, y así los padres empezaron a disfrutar de la licencia parental. Esta ley reservaba parte de la cuota del permiso a los padres y ha dado lugar a lo que denominamos «permiso parental compartido».
Permiso parental compartido: úsalo o piérdelo
¿Podría contarnos más sobre el permiso parental?
En el pasado, si solo la madre tomaba el permiso parental, este se limitaba a seis meses. Sin embargo, la ley estipulaba que, si tanto la madre como el padre toman cada uno tres meses de licencia, se concedería un período adicional de tres meses que podría ser utilizado por cualquiera de los progenitores.
En otras palabras, si el padre tomaba la licencia parental, se ampliaba su duración total. Este sistema de «úsalo o piérdelo» creó en la sociedad la conciencia de que, a menos que ambos progenitores cogieran el permiso parental, saldrían perdiendo. En la actualidad, tanto las madres como los padres disfrutan de una licencia parental intransferible de seis meses cada uno, con seis semanas adicionales que los progenitores pueden compartir y disfrutar en cualquier momento. Durante estas licencias independientes, el gobierno aporta el 80% del salario. Hoy en día, más del 90% de los padres se acogen a este derecho.
Las mujeres en política y el sistema de cuotas
No fue hasta la década de 1980 cuando las mujeres entraron realmente en la política nacional y el panorama de la política islandesa cambió radicalmente. ¿Cómo se produjo ese cambio?
En 1982 empezó a surgir un partido político exclusivamente femenino. En ese momento, solo había tres mujeres en un parlamento de 60 representantes. En 1983 se fundó la Alianza de Mujeres, cuyo objetivo era la libertad de las mujeres y aumentar su representación en la política. En aquella época, solo el 5% de los escaños estaban ocupados por diputadas. Sin embargo, tras el debut electoral de la Alianza de Mujeres, el porcentaje subió al 15%.
Cuando este partido exclusivamente femenino entró en un parlamento dominado por hombres, los demás partidos políticos empezaron a plantearse cómo podrían tener más diputadas. Inicialmente considerada excéntrica y radical, la Alianza de Mujeres, que existió durante 16 años, dejó una huella duradera en la política islandesa.
Además, en 2010, las enmiendas a las Leyes de Sociedades Anónimas y de Sociedades de Responsabilidad Limitada incluyeron una cuota de género que obliga a que el 40% o más de los ejecutivos de las empresas y los miembros de los comités públicos sean mujeres.
Dicha medida ha establecido la expectativa del liderazgo femenino en toda la sociedad, y ha influido significativamente no solo a las empresas, sino también a la política. Aunque no lo exige la ley, muchos partidos políticos han asumido voluntariamente la idea y han adoptado un sistema de cuotas de género. En 2023, las mujeres representan el 47,6% de los parlamentarios.
El cuidado infantil es un trabajo en equipo que beneficia a todas las personas
Usted también es madre de tres hijos. ¿Cómo se ha beneficiado del sistema de permisos parentales?
Cuando fui elegida diputada por primera vez, estaba embarazada de mi segundo hijo. Así que, poco después de asumir el cargo, me tomé un permiso parental.
En 2009 pasé a ser ministra de Educación, Cultura e Investigación y en 2011 tuve a mi hijo menor, por lo que volví a tomar la licencia parental.
En ese entonces, muchas personas consideraban inapropiado que un ministro se tomara dicha licencia.
Pero a mí me pareció sumamente importante hacerlo ya que, si tenemos el sistema de permiso parental compartido, todo el mundo debería utilizarlo, incluyendo a ministros y directivos, y también a las personas con los salarios más altos, porque es un sistema que debe funcionar para todos y no limitarse a determinados sectores de la sociedad.
Después de cuatro meses de baja por maternidad, volví a mis obligaciones ministeriales. Mucha gente pensaba que no era posible ser ministra y madre de un niño muy pequeño a la vez. Yo quería demostrar que es absolutamente viable.
En mi opinión, la razón principal por la que creamos este sistema es que no queremos que la gente tenga que elegir entre tener una familia y una carrera profesional. Hoy en día, los hogares con dos ingresos son habituales, y todos queremos conciliar familia y trabajo.
Y, por supuesto, tengo un marido que me apoya y que ha estado dispuesto a asumir la responsabilidad de ser padre, que, según mi opinión, es lo más habitual aquí en Islandia ahora que el sistema de permiso parental compartido lleva más de 20 años en vigor.
Diversas investigaciones demuestran que los padres islandeses están realmente muy contentos con su rol: tienen un papel más activo en la vida de sus hijos, incluso después de tomar la licencia parental. En realidad, ese permiso favorece la formación de relaciones paternofiliales sólidas. Así pues, no es un beneficio solo para las mujeres, sino también para los hombres.
Hacia la igualdad salarial: Eliminar las diferencias salariales entre hombres y mujeres
Cuando se aprobó la ley de Certificación de Igualdad Salarial en 2017, Islandia se convirtió en el primer país del mundo en aplicar legalmente la igualdad salarial entre hombres y mujeres. ¿Por qué le pareció una ley tan importante?
Islandia ya tenía una ley de los años 60 que obligaba a la igualdad salarial entre hombres y mujeres, pero aún no hemos conseguido que sea una realidad. Justo antes de asumir el cargo de primera ministra, se aprobó en el parlamento la primera legislación en el mundo sobre certificación de la igualdad salarial. La aplicación de esta nueva ley, que entró en vigor en enero de 2018, se convirtió en mi responsabilidad.
En virtud de la Certificación de Igualdad Salarial, las empresas u organizaciones con 25 o más empleados deben demostrar que pagan el mismo salario a hombres y mujeres que realizan el mismo trabajo. Si los empresarios no pueden obtener la certificación, se les imponen multas.
Ahora estamos trabajando en un nuevo programa, que trata de la equidad salarial, la justicia salarial y la eliminación de las diferencias salariales. Se trata de un proyecto piloto cuyo objetivo es identificar áreas laborales tradicionalmente femeninas, que suelen estar peor pagadas, y aquellas en las que predominan los hombres. Un ejemplo clásico son los mercados financieros, donde los hombres son mayoría, frente al campo de la enfermería, donde predominan las mujeres.
El proyecto busca identificar las ocupaciones que requieren gran responsabilidad, capacidades, competencias y formación, pero que siguen estando mal pagadas en comparación con otros empleos.
Bienestar y Economía: la felicidad de las personas es lo primero
Usted ha estado trabajando para hacer realidad una «economía del bienestar» en relación con la igualdad de género. ¿Podría contarnos su visión sobre el futuro?
La agenda de la economía del bienestar pretende construir una sociedad que tenga como base la felicidad de las personas y no solo las métricas económicas. Entre los indicadores para medir el crecimiento económico se incluyen el Producto Interior Bruto (PIB), la inflación y los tipos de interés, por nombrar algunos. Sin embargo, también necesitamos medir la salud y el bienestar de las personas. Escuchar a la gente es crucial. ¿Las personas están satisfechas con sus vidas? ¿Disponen de una vivienda segura? ¿Pueden acceder fácilmente a los servicios médicos? ¿Han recibido la educación que necesitan? ¿Disfrutan de lo que les ofrece la cultura?
También hay que hacer hincapié en los indicadores medioambientales. ¿Cuántos residuos se reciclan realmente? ¿Cuál es la situación de la contaminación y las emisiones de gases de efecto invernadero?
Por encima de todo, la consecución de la igualdad de género es esencial para construir una sociedad en la que las personas puedan vivir felices.
Por encima de todo, la consecución de la igualdad de género es esencial para construir una sociedad en la que las personas puedan vivir felices.
Hacer realidad una economía del bienestar es un proyecto a largo plazo y, por lo tanto, supone un reto político ya que, para ser reelegidos, los políticos suelen buscar resultados a corto plazo.
Espero que los valores de la economía del bienestar arraiguen en la administración islandesa.
En una palabra, ¿qué es para usted la igualdad de género?
Es hacer lo correcto.