Una revolución de la compasión: Carlos Rubio, sobre la universalidad de las enseñanzas de Nichiren
El erudito español Carlos Rubio, una autoridad en Lingüística Aplicada y profesor de Teoría de la Traducción, supervisó la edición en español de Los escritos de Nichiren Daishonin. Antes de su jubilación, fue profesor en la Universidad Complutense de Madrid y, previamente, en la Universidad de Tokio. En la siguiente entrevista, publicada en la edición del 16 de febrero de 2021 del Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai, el doctor Rubio habla de lo que podemos aprender del espíritu indómito y compasivo de Nichiren en el contexto de la sociedad moderna.
Usted se ha referido con anterioridad a la relevancia de los escritos de Nichiren Daishonin en la sociedad contemporánea. ¿Podría hablarnos sobre esto?
Tuve la suerte de trabajar varios años de forma continua, entre el 2004 y el 2012 en la edición española de Los escritos de Nichiren Daishonin y en una traducción del Sutra del loto. Anteriormente, durante mis años como profesor en la Universidad de Tokio, también colaboré trabajando para Soka Gakkai como traductor del inglés al español de diversos escritos. Esta experiencia intelectual y humana fue para mí un verdadero tesoro caído del cielo, por el cual siempre estaré profundamente agradecido.
Valoro las dos cualidades esenciales que debe poseer una religión global: la universalidad del mensaje religioso y la independencia del transmisor de dicho mensaje con respecto al poder político del momento. Los escritos de Nichiren poseen ambas cualidades.
Eran las mismas cualidades, en efecto, que poseen los Evangelios (el Nuevo Testamento) y el Corán. Jesucristo, con su mensaje universal del amor, fue un hombre que sufrió la persecución y la muerte por sus ideas; Mahoma, con su mensaje de paz, también conoció el exilio y la persecución en su tiempo.
Creo que en el tercer milenio, Los escritos de Nichiren Daishonin, con su mensaje de salvación, puede ejercer una influencia comparable a la que tuvo la Biblia y el Corán en los dos milenios precedentes.
En el caso de Nichiren, su mensaje de universalidad simbolizada por el principio del logro de la Budeidad de todos los seres vivos está reforzado por la valiente independencia vital e ideológica del propio Daishonin. Quizás lo más admirable en el contexto de una sociedad tan jerarquizada como la de su tiempo, manifestó una confianza mesiánica en su misión e independencia de toda autoridad: «Aunque por haber nacido en los dominios del gobernante, muestre que lo obedezco en mi forma de actuar, jamás lo obedeceré en mi fuero interno» (La selección del tiempo).
Por estas dos razones principales, creo que en el tercer milenio Los escritos de Nichiren Daishonin, con su mensaje de salvación, puede ejercer una influencia comparable a la que tuvo la Biblia y el Corán en los dos milenios precedentes.
En la sociedad actual, si bien el desarrollo de la tecnología de la información ha mejorado la comunicación, también ha dado lugar a conflictos y divisiones. En ese sentido, las religiones del mundo desempeñarán un papel cada vez más importante.
En mi humilde opinión, hay otras dos cualidades que debe poseer una religión global en el mundo de hoy.
Una es la multiculturalidad. He leído que el budismo Nichiren se practica en más de 192 países y territorios del mundo, cada uno con su propia y rica tradición cultural. Pues bien, estoy seguro de que, con el paso de los años y de la movilidad social entre estas comunidades unidas por las mismas creencias, esta presencia dotará al budismo de Nichiren con la multiculturalidad que hará de ella una verdadera religión global.
Otra condición que me parece que debe poseer una religión global en el mundo de hoy es que su mensaje sea de paz, tolerancia y diálogo.
El mundo de la internacionalización cultural, tecnológica, social y económica de este siglo XXI camina con paso firme, a pesar de algunos episodios nacionalistas y actitudes retrógradas, hacia una sociedad plural y globalizada, una sociedad que no podrá aceptar mensajes religiosos que no se basen en esos tres valores: paz, tolerancia y diálogo. Creo sinceramente que, por tradición y naturaleza, el budismo tiene mucho que ofrecer y enseñar en esta triple faceta.
Recibimos el 800.º aniversario del natalicio de Nichiren Daishonin en medio de la crisis que afronta la humanidad, provocada por la pandemia y el cambio climático. Nichiren amonestó al soberano en la época de Kamakura cuando azotaban las epidemias y los desastres naturales, presentando la tesis Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra. ¿Qué cree que podríamos aprender en esta época del pensamiento de Nichiren Daishonin en relación con este escrito o su acción para transformar la sociedad, con el fin de superar las adversidades que aparecen de forma diversa en esta época y con esta crisis?
Nichiren, en Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra, escribe: «En los últimos años, ha habido raras perturbaciones en los cielos, acontecimientos extraños sobre la tierra, pestes y hambrunas en cada rincón del imperio, que se extienden al resto del país. A lo largo de los caminos yacen bueyes y caballos muertos, y en las avenidas se apilan los huesos de los difuntos. La muerte se ha llevado a más de la mitad de los habitantes, y cuesta hallar a alguien que no deplore la situación».
La filosofía igualitarista de Nichiren es… relevante hoy, para todas las personas, sin consideración de género, raza, edad, creencia o posición económica o social.
¡Es notable que estas palabras escritas hace más de 760 años ahora suenen tan proféticas! Durante la Edad Media, cuando vivía Nichiren, la gente recurría a la religión para comprender las causas de los eventos catastróficos en el mundo natural y social. En este contexto, Nichiren atribuyó las calamidades naturales y los desastres humanos, como los dos intentos de invasión de los mongoles, al hecho desafortunado de que la sociedad y los gobernantes de su época seguían enseñanzas erróneas.
Ahora, por efecto de la pandemia, las autoridades nos recomiendan insistentemente que tomemos precauciones sanitarias. Esto está muy bien. Sin embargo me pregunto muchas veces por qué las mismas autoridades no nos recomiendan con la misma insistencia que adoptemos la fortaleza del amor y la compasión, que curan más que el aislamiento y la desconfianza.
Me gustaría pensar que si viviera en estos tiempos, Nichiren sería partidario de una verdadera «revolución de la compasión». Tal es el mensaje que me gusta pensar que Nichiren nos daría en estos tiempos difíciles en que vivimos. Estoy seguro de que él, con su audacia característica, alzaría la voz contra nuestra forma de vida divorciada de la naturaleza, contra la disolución de los lazos familiares, contra la agresión a la naturaleza, contra el materialismo inhumano de muchas de nuestras vidas, y, en quinto lugar, contra la sociedad de disparidades y de incomunicación en que vivimos.
Realmente, los dos aspectos que más me sorprenden de la personalidad de Nichiren son su espíritu indómito de lucha y su valiente independencia de juicio y actuación ante el poder político del momento.
Creo que, ante la actual crisis, podemos alzar igualmente nuestras voces y, en nuestras vidas, ser ejemplos vivos del poder transformador del budismo de Nichiren, y llevar a cabo la revolución de la compasión en nuestros corazones y entre las personas que nos rodean.
Nichiren demostró, como sabemos, que era un hombre de diálogo, un amante de la palabra, siempre dispuesto a conversar. La disposición dialogante de Nichiren, es una consecuencia del espíritu pacifista del budismo.
Si transitamos por el puente del diálogo armados en nuestros corazones con la compasión, como nos enseñó Nichiren, los cambios sociales serán posibles.
Usted ha descrito la perspectiva de género evidente en los escritos de Nichiren como un ejemplo de la universalidad de su filosofía. ¿Puedes profundizar sobre esto?
Si bien es cierto que, a pesar de la retórica a favor de la igualdad, en muchas sociedades del mundo de hoy persiste una flagrante desigualdad de géneros. En este sentido, la actitud de Nichiren que muestra respeto hacia las mujeres es de una sorprendente modernidad, universalidad y atractivo.
El budismo tradicional sostenía que las mujeres no podían lograr la Budeidad a menos que renacieran en forma masculina en alguna existencia futura. El Sutra del loto, sin embargo, va a contradecir esta opinión: en su capítulo 12 se declara la Budeidad alcanzada por la hija del Rey Dragón, la niña dragona. Nichiren se hace eco de esta noción. Así, en el escrito La apertura de los ojos afirma: «Que la hija del Rey Dragón haya manifestado la Budeidad no sólo representa el logro de este ser individual: al mismo tiempo, implica que todas las mujeres alcanzarán el estado de Buda…Cuando la niña dragona manifestó la Budeidad, lo que hizo fue abrir el camino para que todas las mujeres de los tiempos futuros pudieran hacerlo».
En otro escrito, La unión entre marido y mujer, declara: «Sólo en el Sutra del loto leemos que la mujer que abraza este Sutra supera a las demás mujeres y prevalece, incluso, sobre todos los hombres». La paciencia y sencillez con que, en sus cartas a las mujeres, Nichiren las alecciona es también digna de ser destacada.
La importancia de su mensaje igualitarista radica en ser una invitación, relevante para hoy, a que emprendamos la revolución de la compasión hacia todas las personas, sin consideración de género, raza, edad, creencia o posición económica o social.
A su entender, ¿qué aspectos del budismo Nichiren despertarían la empatía de los españoles?
Cuando yo era niño, en los mapas de las religiones del mundo había colores para señalar la religión de las diferentes áreas del planeta. Por ejemplo, el sur de Europa occidental, algunos países del centro de Europa y los países de Latinoamérica estaba marcado con color azul por ser dominio del catolicismo; los países del norte de Europa tenían color violeta por ser países protestantes. La Unión Soviética y los países entonces comunistas tenían un color naranja porque eran ateos, mientras que el conjunto de los países islámicos presentaba otro color. En Asia, Japón estaba marcado en otro color porque era budista mientras que Estados Unidos estaba marcado con bandas de dos colores: azul y morado.
Hoy día, sin embargo, tal simplificación sería inaceptable. Los flujos migratorios, la globalización y la multiculturalidad han creado comunidades religiosas que florecen dentro de países de religiones tradicionalmente dominantes. Es el caso de las comunidades budistas que prosperan en países como España y los países de América Latina. España ha sido un país tradicionalmente católico. Su contexto histórico y cultural ha sido cristiano-católico desde hace más de mil quinientos años, con la salvedad del periodo de la España musulmana, en que el islamismo dominaba en el sur de España. Minoritariamente, también ha habido comunidades judías y algunas protestantes. Hasta hace solo cincuenta años, el budismo se consideraba una religión exótica y ajena a la cultura española. En la sociedad actual en que probablemente menos del diez por ciento de la población practica el catolicismo activo ya no es así.
Me parece que el budismo Nichiren puede ser atractivo para los españoles por tres razones concretas: primero, por la personalidad fascinante de Nichiren, en especial, por su mente lúcida y actitud insobornable frente al poder.
Si transitamos por el puente del diálogo armados en nuestros corazones con la compasión, como nos enseñó Nichiren, los cambios sociales serán posibles.
Segundo, por la interiorización de los símbolos y de los conceptos que propone Nichiren, es decir, por el énfasis en la vivencia dentro del corazón, no en el formulismo externo o en simples palabras. La frase que leemos en sus escritos es una demostración de esto: «ni la tierra pura ni el infierno existen fuera de nosotros mismos; ambos se encuentran en nuestro corazón».
Este énfasis en la interiorización, y no en la formalidad o en el símbolo, es también puesta de relieve por Jesucristo; y creo que los cristianos la aprecian especialmente.
En tercer lugar, y creo que este aspecto sí que es novedoso para los cristianos, pero muy interesante, es la teoría de la realidad del budismo de Nichiren. Me refiero a la doctrina de «tres mil aspectos contenidos en cada instante vital», según la cual el universo entero está encerrado en la mente. Esta teoría, tal vez consecuencia de la interpenetración de todas las formas de vida fenoménica que nos rodean, es cada vez más atractiva para muchas personas de entornos tradicionalmente cristianos.
Creo modestamente que en los países de América Latina, donde el contexto histórico y cultural del catolicismo se ha extendido de forma fusionada con las creencias y las tradiciones indígenas, se puede dar una aceptación y compromiso hacia el budismo de Nichiren mucho mayor que en España. Es más, considero que la vitalidad espiritual, la curiosidad intelectual y la demografía en alza de la mayor parte de las naciones latinoamericanas son razones importantes para hacer de América Latina un terreno muy fértil para la propagación del budismo de Nichiren.
Por último, ¿puede compartir sus expectativas hacia la Soka Gakkai y la SGI (Soka Gakkai Internacional)?
Siempre he sentido que la credibilidad de una religión depende de su independencia de la autoridad política, que con demasiada frecuencia tiene grandes intereses económicos divorciados de los asuntos diarios apremiantes que enfrenta la mayoría de las personas y los problemas que enfrenta la humanidad en su conjunto. Ejemplos de estos incluyen la destrucción ambiental, la amenaza nuclear, el hambre global, el trabajo infantil, la violencia de género y la actual crisis de salud.
En este sentido, la Soka Gakkai, una organización laica e independiente, está cumpliendo una misión de vital importancia y es una gran fuente de inspiración y esperanza.
Y en estos tiempos de pandemia e inseguridad, en esta era incierta que el budismo describe como «El Último Día de la Ley», lo que el mundo necesita es esperanza.