Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 24: La organización para el kosen-rufu [24.2]
24.2 La Soka Gakkai es una agrupación de buenos amigos
En el budismo, las funciones que dirigen al ser humano hacia el bien y hacia la práctica budista se llaman «buenos amigos». El presidente Ikeda declara que la Soka Gakkai, como organización, es un ámbito de buenos amigos y de influencias positivas.
La Soka Gakkai existe para promover el kosen-rufu, apoyar y proteger el camino que permite a cada camarada crecer en la fe y lograr la budeidad. En tal sentido, la organización para el kosen-rufu es un cónclave de incontables buenos amigos.
En el inicio de la carta Tres maestros del Tripiṭaka oran para que llueva, Nichiren Daishonin recalca la importancia de los buenos amigos:
Un árbol trasplantado no caerá, aunque sople el viento con furia, si tiene un firme puntal que lo sostenga. Pero hasta un árbol que ha crecido en el lugar puede desplomarse si sus raíces son endebles. Una persona débil no tropezará si es sostenida por alguien fuerte, pero hasta un individuo de considerable fortaleza se expondrá a caer, si camina a solas por una senda irregular.1
Esto es absolutamente coherente con la razón; nadie podría negarlo. Es importante recordar que las enseñanzas de Nichiren Daishonin siempre se fundamentan en la razón, y se basan en premisas lógicas que todos pueden aceptar y comprender.
El mensaje de esta cita es que, en el camino hacia el logro de la budeidad, aunque la fe de la persona sea débil inicialmente, con el firme apoyo de los demás podrá avanzar sin tropiezos. Por otro lado, a quien practica a solas, aunque se jacte de tener una fe inamovible, podrá verse en dificultades para transitar una senda escabrosa o cuando soplen los vientos feroces de los tres obstáculos y los cuatro demonios.2 Por eso necesitamos el apoyo en la fe y en la práctica que brindan los compañeros de lucha, los buenos amigos y el entorno de la organización.
Desde luego, el logro de la budeidad depende de nuestro propio esfuerzo en la práctica budista. Debemos estar decididos a seguir recorriendo el camino de la fe hasta el final, sin depender de nadie y con la postura de levantarnos por voluntad propia. No obstante, la organización y los camaradas de fe nos alientan e inspiran en esa práctica individual, y, como cumplen la función de apoyarnos en nuestro avance hacia la budeidad, su papel es absolutamente esencial.
En esta misma carta, el Daishonin prosigue diciendo: «Por lo tanto, la mejor forma de lograr la budeidad es encontrar un buen amigo. ¿Hasta dónde puede llevarnos nuestra propia sabiduría? Si la que poseemos es suficiente para distinguir el frío del calor, deberíamos salir en busca de un buen amigo».3
El Camino de la budeidad es infinitamente profundo, y la sabiduría de buda es insondable. Por muy aguda que sea la sabiduría de la mente común, en comparación resulta limitada. Por eso, si queremos alcanzar la budeidad, debemos vincularnos con verdaderos amigos en la fe. Su apoyo nos permite avanzar sin desvíos por el camino hacia la iluminación.
«¿Hasta dónde puede llevarnos nuestra propia sabiduría?», se pregunta el Daishonin. Ni siquiera los médicos o científicos más eminentes poseen la sabiduría necesaria para captar la naturaleza esencial de su propia vida o resolver los problemas fundamentales de la existencia humana. Ni siquiera los líderes políticos o los millonarios, con todo su poder, conocen la vía segura para lograr la felicidad absoluta.
Pese a ello, tendemos a recurrir a nuestra sabiduría limitada y a descuidar la humilde búsqueda del Camino. Aquí yace la causa de la infelicidad. Ni el conocimiento ni la riqueza aseguran la dicha, y mucho menos la fama o el prestigio social. Aunque esto parezca obvio, muy pocos contemplan seriamente esta estricta realidad. Sin embargo, este hecho indudable es el motivo por el cual debemos buscar sinceramente el budismo, como filosofía que señala la senda hacia la genuina dicha humana.
Concretamente, buscar el budismo significa buscar excelentes buenos amigos. Como declara el Daishonin: «Por lo tanto, la mejor forma de lograr la budeidad es encontrar un buen amigo».
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En el budismo, se llama «buen amigo» a alguien que representa una buena influencia en nuestra vida, en la medida en que nos guía en dirección al Camino del Buda. Buenos amigos son todas aquellas personas de virtud, sinceridad e integridad que guían a los demás en dirección positiva y les permiten practicar el budismo; esta categoría puede incluir budas, bodisatvas, practicantes de los dos vehículos (los que escuchan la voz y los que toman conciencia de la causa), seres celestiales y seres humanos. Y nosotros también podemos cumplir esta función en la vida de otros.
Los buenos amigos funcionan de distintas maneras. Por ejemplo, apoyando a los practicantes budistas y ayudándolos a mantener su práctica con tranquilidad interior y en condiciones seguras. O esforzándose al lado de otros practicantes, inspirándose mutuamente e incentivándose unos a otros a mejorar su vida. Y también enseñando a sus amigos las doctrinas y los principios correctos del budismo y guiándolos hacia una acción justa o recta.
Todos ustedes, los líderes de nuestro movimiento son buenos amigos, personas admirables que están conduciendo a sus semejantes al kosen-rufu, al Gohonzon, a la Ley Mística y al logro de la budeidad, a través de incentivarlos a hacer el gongyo, asistir a las reuniones y leer los escritos de Nichiren Daishonin.
La Soka Gakkai es una organización de buenos amigos. Es una organización que promueve la fe y la práctica del budismo, y que construye y expande el kosen-rufu. Posee la importante misión de poner la enseñanza budista correcta al alcance de la gente en todo el mundo, y de alentar a las personas a recorrer el camino que les permite manifestar su budeidad innata.
Una condición trascendental, en tal sentido, es tener un corazón abierto e inclusivo, generoso con los demás.
En La virtud invisible genera recompensas visibles, el Daishonin escribe: «Mantenga una buena relación con las personas que creen en esta enseñanza; no vea, no oiga ni comente nada de ellas que pueda disgustarle. Y continúe orando con actitud serena».4 A propósito, este escrito es un fragmento de una carta más larga, cuyo contenido no se ha conservado hasta la actualidad.
Como huelga decir, debemos enseñar correctamente a los miembros los principios fundamentales del budismo Nichiren. Pero no es sabio criticar o hacer comentarios innecesarios sobre su vida privada. Cada uno tiene su forma de ser y de vivir. Asimismo, las circunstancias también varían. La clave es respetarnos unos a otros y trabajar armoniosamente juntos.
Somos un colectivo de personas comunes. Es natural que, de tanto en tanto, surjan cosas que no nos gusten o nos hagan enfadar.
Aunque en un contexto diferente, el Daishonin expresó sentimientos similares: «A diferencia de la mayoría, en el proceso de exponer mis doctrinas, yo, Nichiren, he tenido ocasión de encontrarme con muchísimas personas. Pero las que me han impresionado por sus cualidades realmente admirables son menos de una en mil».5 Nos está diciendo que en su lucha por el kosen-rufu ha tenido que conocer a toda clase de personas. Yo también he conocido a muchísima gente. Estoy seguro de que ustedes, en sus diversas actividades de la Soka Gakkai, han tenido esta misma experiencia.
«Pero las que me han impresionado por sus cualidades realmente admirables son menos de una en mil». Desde luego, el Daishonin sentía un profundo amor compasivo por todos los seres, pero aquí nos dice que muy rara vez tenía oportunidad de conocer a individuos de personalidad ejemplar.
Seguramente podemos trazar un paralelo entre esta observación y nuestra propia experiencia en el ámbito del kosen-rufu. Ninguno de nosotros es perfecto. Nuestra meta es mejorar como personas, pero como aún estamos trabajando en ese proceso, batallamos a diario contra nuestros defectos y debilidades. En las relaciones humanas, probablemente nos topemos con personas que nos caen bien, y otras que nos inspiran cierto rechazo.
Pero si malgastáramos el tiempo y la energía en señalar cada aspecto o defecto ajeno que no nos gusta, se generaría una situación insoportable. Estas pequeñas fricciones, sin embargo, pueden cobrar magnitud y convertirse en conflictos emocionales que, incluso, llegan a destruir la fe de la gente —algo que jamás debe ocurrir—. Y este resultado sería completamente lo contrario a nuestra razón de ser.
Por muy difícil que sea tratar con ciertos individuos, debemos ser tolerantes y pacientes, aceptar al otro y alentarlo para que pueda fortalecer su fe. Debemos elevar nuestra condición de vida para poder orar por su crecimiento como persona. Si ustedes adoptan esa postura, los otros se sentirán más abiertos a profundizar su fe, lo cual en definitiva los guiará a ser mejores que antes.
La familia humana alberga a 5000 millones de habitantes (8000, en 2023); los miembros de la Soka Gakkai somos precursores de una nueva época. Nuestra prerrogativa es dar a conocer la Ley Mística y ser buenos amigos de toda la gente, capaces de guiar a los semejantes hacia la iluminación. En tal sentido, cada uno de los camaradas de la Soka aquí presentes posee una misión infinitamente noble. Les pido, por favor, que se respeten y alienten mutuamente, y que avancen juntos en armonía.
Del discurso pronunciado en una reunión general conjunta de las áreas de Toshima, Taito, Sumida y Meguro, celebrada en Tokio el 12 de diciembre de 1987.
Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.
- *1Tres maestros del Tripiṭaka oran para que llueva, en Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 627.
- *2Tres obstáculos y cuatro demonios: Diversos obstáculos e impedimentos que buscan obstruir la práctica del budismo. Los tres obstáculos son: 1) el obstáculo de los deseos mundanos; 2) el obstáculo del karma; 3) el obstáculo de la retribución. Los cuatro demonios son: 1) el impedimento de los cinco componentes; 2) el de los deseos mundanos; 3) el de la muerte; 4) el del Rey Demonio.
- *3Tres maestros del Tripiṭaka oran para que llueva, en END, pág. 627.
- *4La virtud invisible genera recompensas visibles, en END, pág. 950.
- *5Condolences on a Deceased Husband (Condolencias por la muerte de un cónyuge), en The Writings of Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2006, vol. 2, pág. 778.