Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 26: Líderes que guían a los demás a la felicidad [26.5]

El presidente Ikeda recalca que el desarrollo y el crecimiento de la organización dependen, principalmente, de que los líderes hagan su revolución humana y eleven su estado de vida.

A medida que avance el kosen-rufu, la organización crecerá cada vez más. La cuestión es si los líderes serán capaces de crecer al mismo ritmo y en la misma escala que la organización.

Si no siguen desarrollándose a la par de nuestro movimiento, no podrán dirigir el rumbo organizativo de una manera adecuada, que permita a aquel cumplir su verdadero propósito; es decir, ser un medio para promover la felicidad de las personas. En cambio, la organización sucumbirá a la tendencia negativa de considerar a los miembros como meros engranajes de una maquinaria, o como medios para un fin. Esta dinámica se reduce a una contienda entre el humanismo y la inclinación a gestionar las cosas por medio de estructuras burocráticas y autoritarias; entre el espíritu interior y la forma exterior.

¿Cuál es el punto clave? Que los líderes que asumen la responsabilidad de desarrollar la organización se esfuercen permanentemente por elevar su estado de vida. En cierto sentido, una organización puede crecer solo en la medida en que lo hacen sus dirigentes.

La única forma de mejorar una agrupación de personas es que sus líderes estudien a conciencia, trabajen arduamente, sean diligentes en su revolución humana y eleven su estado de vida. Necesitan empezar por hacer las causas, en su propia vida, que conduzcan al desarrollo de una organización humana, que siempre vuelva al principio esencial de la fe. Este es un modo de vivir acorde con el espíritu de la «verdadera causa» que postula el budismo Nichiren.

En toda campaña por el kosen-rufu, yo ocupé mi lugar a la vanguardia, me puse al frente y, a raíz de ello, pude elevar mi propio estado de vida. Abrí el escenario de nuestro movimiento para que todos pudieran avanzar despejados y con tranquilidad espiritual. Por eso siempre he alentado a nuestros jóvenes líderes y sucesores a que se consagren de lleno a desarrollarse y capacitarse.

¿Cuál es el camino para que un líder eleve su estado interior? Para decirlo de manera simple, además de profundizar su propia fe en la Ley Mística, ese camino consiste en tomar la iniciativa personal de servir a sus camaradas que con tanto ahínco están trabajando en bien del kosen-rufu; es decir, respetar y apoyar a la gente con actitud realmente humilde y sincera, y dirigir los propios esfuerzos a la felicidad de los demás.

Del discurso pronunciado en una reunión de la Academia del Gajokai de la División Juvenil Masculina, celebrada en Shizuoka el 2 de agosto de 1990.