Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 31: Una gran ruta hacia la paz mundial [31.25]
31.25 El poder de revertir la amenaza de las armas nucleares
Por iniciativa del presidente Ikeda en respuesta a la proclama de su mentor contra las armas nucleares, la SGI ha auspiciado exposiciones en todo el mundo promoviendo la abolición de estos armamentos. Durante su primera visita a Costa Rica en 1996, el presidente Ikeda asistió a la inauguración de la muestra «Armas nucleares: Una amenaza para la humanidad». Inspirado en las voces felices que provenían del Museo de los Niños, situado en la sala vecina al recinto de la muestra, comenzó su discurso con una alusión improvisada a los pequeños.
¡Niños, niñas, emisarios del futuro! ¡Qué hermoso es que hoy nos estén acompañando estos jóvenes mensajeros del porvenir, que sostendrán en sus hombros la responsabilidad del siglo XXI!
Las voces alegres y vivaces de los pequeños que juegan en el Museo de los Niños, a corta distancia, se escuchan incluso desde este recinto. El bullicio y la actividad de estos niños, pletóricos de fuerza vital y de energía, son la imagen viva de la paz. En ellos reside el poder de superar la amenaza de las armas nucleares. En ellos, reside la esperanza.
Los niños simbolizan la pujanza de la vida floreciente, mientras que las armas atómicas son el emblema mortífero de la destrucción. Es sumamente significativo que hoy estemos celebrando la inauguración de la muestra «Armas nucleares: Una amenaza para la humanidad» acompañados de estos pequeños.
La Soka Gakkai rechaza la violencia en todas sus formas. Esta es nuestra eterna convicción. Durante la Segunda Guerra Mundial, los dos primeros presidentes de nuestra organización, los educadores Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda, denunciaron valientemente el militarismo japonés y pagaron el precio con la cárcel. El presidente Makiguchi falleció en prisión a los 73 años.
En 1957, su sucesor Josei Toda, siete meses antes de morir, dio a conocer su «Proclama para la abolición de las armas nucleares». En una época de feroz carrera armamentista, mi maestro confrontó directamente la amenaza, impugnó sin rodeos los arsenales nucleares y el holocausto que significaban, y enunció el derecho inalienable a vivir de todos los habitantes de la tierra.
La misión primordial que el presidente Toda nos encomendó a los jóvenes fue establecer la filosofía del respeto a la dignidad de la vida como eje de la ética contemporánea. Por esta razón, me he dedicado con todas mis fuerzas a dialogar y a entablar lazos de amistad con personas de todo el mundo, en aras de la paz.
Nuestro foco debe ser cultivar el potencial interior de la vida, superior al poder de las armas nucleares, y crear una amplia red solidaria en el pueblo, más poderosa que la tendencia a la proliferación nuclear. Este es un importante reto para la educación y para otras actividades de concienciación orientadas a empoderar a la gente. Por mi parte, hasta el último de mis días sumaré mis fuerzas a la lucha espiritual incesante para crear un mundo sin violencias.
Del discurso pronunciado en la inauguración de la muestra «Armas nucleares: Una amenaza para la humanidad», en el Centro Costarricense de Ciencia y Cultura, en Costa Rica, el 28 de junio de 1996.
Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.