Parte 1: La felicidad; Capítulo 5:
Convertir las aflicciones en felicidad [5.6]
5.6 El sufrimiento y la alegría son parte de la vida
Como explica Nichiren Daishonin en una carta a su discípulo Shijo Kingo, asediado por muchas dificultades, debemos perseverar para superar cada obstáculo sin dejarnos llevar por los acontecimientos inmediatos, y desarrollar un estado de suprema felicidad.
Quisiera citar un pasaje del gosho que, estoy seguro, les resultará muy familiar a todos. Pertenece a una carta de aliento que el Daishonin envió a Shijo Kingo cuando este atravesaba por circunstancias realmente difíciles. Las iniciativas de Kingo por convertir a su señor feudal a las enseñanzas del Daishonin lo habían malquistado con su superior; además, a raíz de esto, sus colegas samuráis lo trataban con hostilidad. El Daishonin le escribe:
Sufra lo que tenga que sufrir, goce lo que tenga que gozar. Considere el sufrimiento y la alegría como hechos de la vida, y siga entonando Nam-myoho-renge-kyo, pase lo que pase. ¿A qué otra cosa podría referirse este pasaje sino a la alegría ilimitada de la Ley? Fortalezca más que nunca el poder de su fe.1
En este momento, quizá se sientan llenos de aflicciones. Pero, así como el placer no perdura para siempre, tampoco lo hace el sufrimiento. En la vida, hay dichas y pesares. A veces, se gana y, otras veces, se pierde. La realidad es que el sufrimiento y la alegría son parte de la existencia. Por eso —nos dice el Daishonin— debemos entonar Nam-myoho-renge-kyo en cualquier circunstancia, sin negar lo que sentimos. Si somos capaces de vivir con esta postura, podremos construir un estado de suprema felicidad, basado en la sabiduría y la fuerza de la Ley Mística, y una vida en la cual nada pueda derrotarnos.
El Daishonin lo explica usando la frase «experimentar la alegría ilimitada de la Ley». «Experimentar» aquí significa percibir y crear ese júbilo por nosotros mismos. Todo depende de uno, no de los demás. La alegría de la Ley no es algo que otro pueda darnos ni que vayamos a recibir desde afuera. La «alegría ilimitada de la Ley» significa construir nuestra propia felicidad, experimentar uno mismo ese gozo, cultivar la capacidad y la fortaleza interior de disfrutar serenamente la vida, con todo lo que traiga. El poder de Nam-myoho-renge-kyo nos empodera para hacerlo.
Por tal razón, no hay ninguna necesidad de compararnos con los demás. La cuestión es que cada uno viva fiel a sí mismo, basado en la fe en el Gohonzon.
También es importante prestar atención a la salud y vivir con claro sentido de propósito, siempre cultivando relaciones armoniosas y positivas con la gente que nos rodea. Al proceder de ese modo podrán ganar el aprecio, la admiración y el respeto de los semejantes. La Ley Mística nos permite activar nuestro potencial más exuberante. Con esos firmes recursos interiores, podemos ir a cualquier lugar y enfrentar cualquier circunstancia con confianza. Verán que son libres de hacer lo que necesiten sin dejar que los vaivenes superficiales los depriman, y experimentarán la vida con total plenitud y satisfacción, sin nada que reprocharse. Esto distingue a los verdaderos triunfadores del espíritu humano.
Del discurso pronunciado en una reunión de la sede central de la Soka Gakkai para responsables, en Tokio, el 21 de abril de 2005.
La «sabiduría para ser feliz y crear la paz» es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.
- *1La felicidad en este mundo, en Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 715.