Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 23: Valorar a cada persona [23.1]

«Valorar a cada individuo», —esta sencilla guía que el presidente Ikeda tantas veces ha brindado es el comienzo y el fin del kosen-rufu. En ella se expresa una filosofía de valoración de la vida, según la cual la existencia de cada sujeto es más valiosa que todos los tesoros del universo. En ella resplandece una filosofía de paz, que ve a todas las personas como budas. En ella existe la clave de la unión, sustentada en la creencia de que todos somos irremplazables y poseemos un potencial único. Y en ella palpitan, también, el valor y el amor compasivo de no abandonar a nadie que esté sufriendo.

Este capítulo ofrece orientaciones sobre el principio de atesorar a cada individuo, mencionado a menudo por el presidente Ikeda, quien ha abierto el camino del kosen-rufu precisamente porque ha puesto en práctica esta filosofía.

Valorar a cada persona es el punto de partida de la Soka Gakkai. Es, también, el espíritu primordial del budismo Nichiren, que enseña que todos los seres poseen un valor insustituible y que cada uno de ellos posee intrínsecamente la noble naturaleza de buda.

Los líderes autoritarios, por otro lado, ignoran o denigran el supremo valor del ser humano y lo ven como una masa sin rostro. Esto se debe a que, para ellos, las personas no son más que un medio para llegar a un fin; son objetos: armas o recursos para utilizar y gastar. Los individuos con sed de poder manipulan hábilmente a sus semejantes en aras de su ambición o codicia personal; lo que desean es tener el control total.

El enfoque de la Soka Gakkai es exactamente opuesto, ya que el propósito del kosen-rufu es la felicidad de cada persona. Creemos en el infinito potencial de todos los seres humanos; procuramos incentivar a activar y revelar ese potencial, y trabajamos para expandir el círculo de gente unida por esa convicción. Esta ha sido, hasta el día de hoy, la historia del movimiento popular Soka.

Primero está el individuo, y después el conjunto. Todo comienza a partir del sujeto y de la sólida unión entre personas individuales. Cuando perdemos de vista este punto esencial, generamos terribles consecuencias. Quien vea a la Soka Gakkai y a sus miembros como una mera herramienta para promover intereses organizativos o personales, y pretenda obrar como los líderes autoritarios que antes describí, es alguien perverso hasta la médula.

Todo se reduce al individuo. Quiero reafirmar hoy, junto a ustedes, el principio fundamental de valorar a cada persona. Enfoquemos más atención a cada sujeto, hagamos todo lo posible por alentar a uno por uno, y forjar su preciado potencial. Cuando cada persona cultiva su sabiduría y su fuerza interior, puede desplegar dos, tres, diez veces su capacidad actual.

Del discurso pronunciado en una reunión de la sede central para responsables, en Tokio, el 6 de enero de 2006.