Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 25: La unión de «distintas personas con un mismo propósito» [25.6]

La unión de propósito es crucial para lograr cualquier objetivo digno. El presidente Ikeda recalca la gran importancia de que los líderes respeten a los compañeros miembros y que trabajen en armonía con ellos. Esto, afirma, no solo despejará el camino hacia el kosen-rufu sino que, además, hará que todos vivan colmados de beneficios y de buena fortuna.

Nichiren Daishonin escribe: «[C]ien o mil personas pueden cumplir lo que desean, con toda seguridad, si comparten un mismo propósito».1

Los números no son la clave para lograr una meta. Tampoco los títulos ni los cargos organizativos. El punto esencial es si todos pueden unirse en torno a un mismo objetivo. Esta unión brinda un sólido núcleo central para construir un futuro venturoso.

La incapacidad de lograr metas refleja la falta de unión de «distintas personas con un mismo propósito». Esto se observa en los líderes que se creen muy importantes o piensan que todo depende de ellos, y arremeten con su propio criterio sin deliberar o consultar con los demás. Esta actitud puede llevarlos a querer aprovecharse de la organización en beneficio personal, algo completamente inaceptable en el mundo de la Ley Mística.

Es fundamental que los miembros de todas nuestras divisiones, tanto de adultos como de jóvenes, avancen unidos sobre una base de confianza y de respeto mutuos. Los jóvenes tienen sus puntos fuertes y sus cualidades especiales; por su parte, los miembros mayores tienen un tesoro de experiencia y de sabiduría.

Las organizaciones de la SGI de cada país deben celebrar reuniones ejecutivas donde las actividades se decidan por consenso, después de que todos hayan tenido oportunidad de expresar su opinión y ser escuchados. Las actitudes arbitrarias, autocráticas y tercas son contrarias al espíritu del budismo.

Lo importante es congeniar y comunicarse bien. Ese debe ser el principio rector. Los miembros varones jamás deben tratar a las mujeres de la División Femenina de manera altiva, ni desdeñar las opiniones de la División de Jóvenes; nunca deben reprender a los demás dejándose llevar por los sentimientos, solo por sentirse cuestionados en su autoridad o heridos en su orgullo.

Espero que siempre avancen en un clima de confianza recíproca y de respeto mutuo. Tengan la certeza de que ese espíritu de aliento entre compañeros de fe y esa unión de distintas personas con un mismo propósito les permitirá no solo trabajar y avanzar juntos, sino tener una vida personal y un ámbito del kosen-rufu pletóricos de buena fortuna.

Del discurso pronunciado en una reunión general de la SGI celebrada en Tokio el 4 de octubre de 1989.