Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 27: El corazón de la Soka Gakkai es la relación de maestro y discípulo [27.2]
27.2 Maestro y discípulo son como la aguja y el hilo
El presidente Ikeda explica, mediante ejemplos fáciles de comprender, que la relación de maestro y discípulo no es autoritaria ni jerárquica, sino el ámbito óptimo en el cual podemos crecer y desarrollar plenamente nuestro potencial, trabajando juntos en pos de un ideal.
Debemos entender bien la importancia de la relación de maestro y discípulo, no solo como factor que nos conduce a descubrir y cumplir nuestra misión personal en la vida, sino también como fuerza para el mejoramiento y el desarrollo de la sociedad.
Para muchos, hoy, las palabras «maestro y discípulo» tienen una connotación anticuada o feudal, pero no necesariamente tiene que ser así.
Para dominar cualquier asunto, en los deportes o en el quehacer académico, hace falta un instructor o un maestro que nos enseñe. La presencia de ese entrenador o mentor acelera nuestra formación y mejora nuestros resultados. A menudo, el aprendizaje autodidacta insume tiempo y esfuerzos innecesarios, y se topa con estancamientos, de los cuales uno no sabe cómo salir. Del mismo modo, para vivir de la manera más significativa y valiosa, necesitamos un buen instructor o maestro —un maestro de vida— que nos enseñe los valores y actitudes esenciales como seres humanos.
Esta relación no es jerárquica, no hay «superior» e «inferior», ni es un contrato sujeto al desempeño y a la remuneración salarial. En cambio, es el lazo espiritual más puro y espontáneo, construido sobre el cimiento de la confianza mutua, en el cual dos individuos comparten un mismo propósito. El potencial humano solo se forja profundamente y alcanza su máxima expresión mediante este vínculo de vida a vida.
En tal sentido, encontrar un gran mentor, un maestro correcto, es la clave para vivir la propia existencia de la mejor manera posible. Además de esto, un noble ideal solo puede alcanzarse mediante la convergencia de un maestro y un discípulo, y este último puede perpetuar y hacer realidad la visión transmitida por su mentor.
La relación entre el maestro y los discípulos es como la de una aguja y el hilo. El maestro abre el camino y revela los principios, mientras que el discípulo da continuidad a los esfuerzos del mentor, los aplica, desarrolla y pone en práctica. Asimismo, el discípulo debe perseverar para superar a su maestro. Por su parte, el mentor debe estar dispuesto a darlo todo, incluso la propia vida, en bien de sus discípulos.
Yo siempre asumí, como un juramento, el deber de no escatimar esfuerzo alguno, de hacer todos los sacrificios necesarios, para dejarles un futuro brillante a nuestros jóvenes y construir el mejor escenario para sus actividades.
De Watakushi no ningengaku (Sobre las personalidades históricas y la sociedad), publicado en japonés en agosto de 1988.
Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.