Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 29: Una religión cuyo propósito sea la felicidad humana [29.6]

29.6 Responder sabiamente a la época

El presidente Ikeda dice que, como practicantes del budismo Nichiren, debemos emplear nuestra sabiduría para crear valor libremente, en respuesta a la diversidad social y a los cambios en los tiempos.

En una de sus cartas, Nichiren Daishonin elogia a su joven discípulo Nanjo Tokimitsu por haber heredado admirablemente la postura de fe de su difunto padre. Allí, señala: «La tintura azul es más azul que la planta del índigo,1 y el hielo es más frío que el agua. ¡Qué prodigioso, qué prodigioso!».2

Todos ustedes, cada uno en el lugar donde vive, están siguiendo los pasos de los loables pioneros que abrieron el camino, y llevando a cabo libre y espontáneamente nuestras actividades por el kosen-rufu. Es una inmensa tranquilidad.

Siento que el Daishonin, en este pasaje, también nos está enseñando cuán importante es superar a los predecesores y aspirar a desarrollar e impulsar nuestro movimiento mucho más lejos que ellos, en aras del budismo.

Desde una perspectiva, un buen ejemplo de continuidad en el legado es el de los hijos que siguen los pasos de sus padres, y el de los jóvenes miembros que repiten las palabras de los más veteranos. Por supuesto, es cierto que el espíritu primordial del budismo Nichiren y el corazón fundamental de la fe en la Ley Mística son eternos e invariables. No obstante, la época no deja de cambiar ni un instante. La sociedad vive un período de rápida transformación. El mundo es infinitamente diverso, y la gente real es, en verdad, compleja y frágil. No es nada fácil llegar al corazón de otra persona.

En respuesta a esta diversidad humana y a la aceleración del cambio histórico, necesitamos hacer gala de abundante sabiduría para guiar a los demás a la iluminación y hacer realidad el kosen-rufu. Esta sabiduría es, asimismo una expresión de amor benevolente.

Uno podrá hablar de las teorías más profundas, pero esto servirá de poco si nadie las entiende. Por otro lado, insistir en hacer las cosas siempre de la misma manera, repitiendo las mismas fórmulas y el mismo lenguaje, a menudo transmite a la gente una idea equivocada del budismo Nichiren y de su genuina grandeza. Francamente, esto no solo denota una falta de amor compasivo sino, peor aún, contradice el espíritu del Daishonin, cuyo deseo fue guiar a todas las personas a la iluminación.

La terminología budista se desarrolló durante largos siglos de historia. Pero no supongamos que la gente de culturas ajenas al budismo entenderá su significado fácilmente. En casos así, necesitamos encontrar las expresiones que transmitan la intención y el significado de la forma más comprensible y acertada.

Este es uno de los grandes retos del kosen-rufu mundial. Tengo la convicción de que este camino concuerda con el espíritu del Daishonin, quien enseñó el principio del «azul más intenso que la planta del índigo» como paradigma del progreso.

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El budismo enseña el precepto de adaptarse a las costumbres y usos de cada época y lugar, mientras no se transgredan las enseñanzas fundamentales. Además, dentro de las cuatro formas de prédica,3 hallamos «enseñar el budismo en términos seculares» y «enseñar de acuerdo con la capacidad particular de las personas».

El budismo nos permite crear valor ilimitadamente, porque enseña la verdad fundamental de la existencia. Y ofrece una práctica que cualquiera puede entender y aceptar, ya que se basa en la razón. Esta es la esencia de la enseñanza correcta.

Del discurso pronunciado en una sesión de capacitación juvenil de la SGI de los Estados Unidos, celebrada en Tokio el 14 de octubre de 1990.

Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1La comparación «más azul que la planta del índigo» deriva de un escrito del filósofo chino Hsün Tzu. La tintura que se extrae de la planta del índigo no es de color azul oscuro. El color índigo se obtiene a fuerza de sumergir reiteradamente la tela en la tintura, una y otra vez, hasta que adquiere un tono más intenso que el del extracto vegetal. La analogía expresa el significado de profundizar el conocimiento y la sabiduría a través del estudio. Aparece citada en Gran concentración e introspección, de T’ien-t’ai. Nichiren Daishonin a menudo se vale de esta comparación con la planta del índigo, no solo para denotar el avance en la práctica budista, sino también para indicar el crecimiento de los sucesores.
  • *2Offerings in the Snow (Ofrendas en la nieve), en The Writings of Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 809.
  • *3Cuatro formas de prédica: También, «cuatro formas de enseñanza». Término que indica las cuatro modalidades en que el Buda expone sus enseñanzas, señaladas en el Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría. Son: 1) enseñar el budismo en términos seculares, explicando a las personas que la práctica les permitirá cumplir sus deseos para, así, hacer surgir su deseo de abrazar la fe; 2) enseñar de acuerdo con la capacidad particular de las personas, para permitirles incrementar su karma positivo; 3) ayudar a la gente a abandonar sus ilusiones y liberarse de los tres venenos del odio, la codicia y la estupidez, enseñando a los codiciosos a reconocer la impureza de sus apegos, a los malvados a practicar actos de bondad y a los necios a percibir la ley causal de la vida, y 4) revelar directamente la verdad suprema, para que las personas tomen conciencia de ella. Las tres primeras son medios temporales, comparadas con la última.