Parte 1: La felicidad; Capítulo 3: La práctica para transformar nuestro estado de vida [3.10]
3.10 Entonar Nam-myho-renge-kyo es la clave para ganar en la vida
En estos párrafos selectos de la novela La nueva revolución humana, en una escena transcurrida en 1966, el protagonista Shin’ichi Yamamoto se dirige a los miembros del Perú, que acababan de iniciar la práctica del budismo Nichiren.
—Quienes se desafían seriamente y viven alineados con la Ley Mística, con el kosen-rufu y con la SGI, están trazando los cimientos de su eterna felicidad y construyendo la victoria absoluta como seres humanos.
»Quiero que todos ustedes sean esta clase de triunfadores en la vida. En tal sentido, permítanme referirme hoy a las condiciones fundamentales que posibilitan esa victoria.
»El primero es hacer daimoku, entonar Nam-myoho-renge-kyo.
»Podría decirse que nuestra salud, valentía, satisfacción, deseo de superarnos, autodisciplina y otras cualidades dependen por entero de nuestra fuerza vital. Entonar Nam-myoho-renge-kyo nos conecta con esa vitalidad ilimitada. Los que se basan en la recitación del daimoku jamás se estancan.
»Lo importante es seguir practicando todos los días, pase lo que pase. Nam-myoho-renge-kyo es la fuerza primordial del universo. Por favor, hagan un daimoku resonante a la mañana y a la noche, con el ritmo majestuoso y enérgico de un corcel que galopa hacia los cielos.
»Cuando hacemos la práctica ante el Gohonzon, estamos ante la vida del Buda; así pues; recordemos adoptar una actitud solemne y respetuosa. Aparte de esto, ante el Gohonzon sintámonos libres de expresar de manera sincera y directa lo que hay en nuestro corazón.
»El Gohonzon corporifica el estado de vida del Buda, dotado de infinito amor compasivo. Por lo tanto, hagamos daimoku por nuestros deseos, problemas y aspiraciones, sin artificios, fieles a nosotros mismos. Si lo que sentimos es sufrimiento, tristeza o agobio ante las dificultades, llevemos eso al ámbito de la oración, con el corazón abierto, tal como un niño se arroja a los brazos de su madre y se aferra a ella. El Gohonzon recibe o «capta» todo lo que expresa nuestra mente. Hagamos daimoku como si mantuviéramos un profundo intercambio en el cual volcamos nuestros pensamientos más íntimos. Con el tiempo, hasta la angustia más infernal desaparecerá como el rocío y nos parecerá que fue un sueño.
»Si, por ejemplo, reconocemos que nos hemos equivocado en algo, hagamos daimoku con el sentimiento de disculparnos profundamente y reflexionemos con humildad sobre ese aspecto de nuestra conducta. Decidamos nunca más repetir el mismo error y avancemos mirando adelante.
»Asimismo, cuando estemos ante una situación difícil enfoquemos la mente en triunfar y entonemos el daimoku con la fuerza con que ruge un león o con la ferocidad de un demonio asura, como si quisiéramos sacudir el universo entero.
»Y por la noche, agradecidos al cabo de un buen día, hagamos daimoku al Gohonzon con profunda gratitud.
»En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, el Daishonin cita estas palabras: «Cada mañana nos levantamos con el Buda, y cada noche concluimos la jornada con el Buda1».2 Esto significa que los que siempre oran con seriedad y sinceridad viven toda su existencia en sintonía con el Daishonin, con el Buda del Último Día de la Ley. Esto no solo es válido en esta existencia, sino incluso más allá de la muerte, ya que el Daishonin y todas las deidades celestiales del universo nos extenderán su protección. Por lo tanto, podemos vivir sin miedo alguno, sintiendo una profunda seguridad interior. Esta firme confianza nos permite disfrutar de cada aspecto de la existencia.
»La práctica del daimoku transforma el sufrimiento en alegría, y la alegría en inmenso júbilo. Por eso es importante entonar Nam-myoho-renge-kyo con actitud pura y sincera, pase lo que pase, tanto en los buenos como en los malos momentos, estemos tristes y satisfechos. Este es el camino directo hacia la felicidad.
De La nueva revolución humana, volumen 11, capítulo «Abriendo nuevas fronteras».
La «sabiduría para ser feliz y crear la paz» es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.