Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 31: Una gran ruta hacia la paz mundial [31.17]
31.17 El Seikyo Shimbun: un diario humanístico
El Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai que comenzó a publicarse el 20 de abril de 1951, surgió como resultado del trabajo conjunto de los presidentes Toda e Ikeda. En estos párrafos escogidos, el presidente Ikeda escribe sobre el punto de partida y la misión del Seikyo Shimbun, que hasta el día de hoy sigue impartiendo valor y esperanza a la gente del mundo entero.
En agosto de 1950, el señor Toda mencionó por primera vez la idea de que la Soka Gakkai publicara un diario. En esa época, la cooperativa de crédito que dirigía entró en dificultades financieras y él se vio obligado a suspender sus operaciones.
Ese día (un 24 de agosto), el señor Toda y yo habíamos ido a una cafetería en el barrio tokiota de Toranomon, para encontrarnos con un periodista que se había enterado de la suspensión de actividades de la cooperativa. Camino de regreso, el señor Toda me dijo, con palabras que parecían expresar su más hondo sentir:
—En el mundo de hoy, los diarios tienen mucho más poder que lo que cualquiera imagina. El solo hecho de contar con esta clase de publicación permite adquirir una tremenda influencia. Algún día —cuanto más pronto, mejor—, la Soka Gakkai necesitará incursionar en esta actividad. Daisaku, te pido que vayas ponderando esta idea…
Cuatro meses más tarde, en diciembre, volvió a plantearme la cuestión mientras comíamos en un restaurante económico cerca de la estación de Shimbashi.
—Publiquemos un diario… —me dijo con firmeza—. Un periódico de la Soka Gakkai. Estamos ingresando en la era de los medios de comunicación.
A causa de sus dificultades financieras, tenía que enfrentar una avalancha de críticas, pero seguía considerando el futuro remoto del kosen-rufu con calma imperturbable.
Luego, una fría noche de febrero de 1951, me dijo:
—Es hora de empezar con el proyecto del diario. Ahora mismo. Yo seré presidente, y tú, vicepresidente. ¡Seamos audaces!
Nunca olvidaré la expresión heroica de su rostro cuando me lo dijo.
Dos meses después, un 20 de abril, vio la luz el primer número del Seikyo Shimbun. El periódico, de una única hoja impresa a dos caras, se distribuía a cinco mil lectores cada diez días. Hoy, es un medio de circulación diaria con una tirada de 5,5 millones de ejemplares. Cuando pienso en este crecimiento astronómico, me parece como si aquellos orígenes hubieran tenido lugar en alguna otra vida. El diario empezó con un pequeño paso, pero la visión que inspiró al señor Toda fue realmente grande.
Cuando tuvimos que debatir qué nombre le pondríamos, recuerdo que consideramos varias propuestas: Bunka Shimbun (Diario Cultural), Soka Shimbun (Diario para la Creación de Valor) y Sekai Shimbun (Diario del Mundo). Incluso, riéndose, mi mentor llegó a decir: «Si pensamos en el futuro distante, ¿por qué no llamarlo Uchu Shimbun (Diario Universal)?
Ya que el señor Toda deseaba crear un medio que transmitiera a todas las personas del mundo la esencia del budismo Nichiren, la Ley fundamental del universo, finalmente optamos por Seikyo Shimbun (Diario de las Enseñanzas Sagradas), término que designa las enseñanzas del Daishonin.
Para el primer número, el señor Toda escribió personalmente el artículo central, titulado «¿Qué es la fe?». También contribuyó con una entrega de su novela Ningen kakumei (Revolución humana), que se publicaría en forma consecutiva y una columna llamada «Suntetsu» (Epigramas), además de artículos varios para números futuros.
Yo también colaboré con varias notas, entre ellas una columna sobre figuras históricas, como lord Byron, poeta inglés de pasión revolucionaria; Beethoven, el gran músico que desafió al destino, y Napoleón, el héroe de ímpetu juvenil.
Asimismo, recuerdo con nostalgia que, como jefe del Departamento de Relaciones Públicas, escribí muchos artículos contundentes, pletóricos de pasión juvenil, para corregir la imagen tendenciosa y falsa de la Soka Gakkai que difundían otros medios. Estaban decidido a que el Seikyo Shimbun siempre publicara la verdad.
Tanto el señor Toda como yo volcábamos nuestra vida en cada nota que escribíamos para el diario, considerando que era una carta personal dirigida a cada uno de nuestros preciados compañeros de fe.
Mi mentor quería que el pueblo del Japón y del mundo leyera nuestro periódico. Es lo que solía decir. A partir de comienzos de 1956 —año en que el diario celebraría su quinto aniversario— empezó a enviarlo a diez jefes de gobierno de todo Asia, como Jawaharlal Nehru, primer ministro de la India; Ramon Magsaysay, presidente de las Filipinas; Mao Zedong, presidente de la República Popular China, y Zhou Enlai, primer ministro de este último país. En la carta que acompañaba el ejemplar del diario, el señor Toda había escrito: «Espero que esta publicación le sea útil para profundizar en su comprensión del budismo, aun en pequeña medida, y que esto lo asista en una labor más grande aún por el desarrollo de la civilización oriental».
El señor Toda consideraba que el Seikyo Shimbun era una publicación para promover la amistad y la paz en el continente asiático. Muchos se rieron de sus esfuerzos, considerándolos absurdos, pero yo me he dedicado a hacer realidad sus ideales y he actuado sin ninguna duda para cumplir sus aspiraciones.
El Mahatma Gandhi, el gran defensor de los derechos humanos nacido en Oriente, siguió publicando sus diarios aún desde la prisión. La autobiografía que empezó a escribir en esa época también se publicó en ellos en forma de serie; cada entrega era leída por decenas de millones de ávidos lectores. Gandhi enunció el ideal de la resistencia no violenta e inspiró al pueblo valiéndose de sus medios de prensa.
Nosotros también hemos usado el Seikyo Shimbun para enunciar la verdad y la justicia, sin arredrar ante la oposición y la hostilidad, y hemos dado a conocer en todo el mundo un nuevo humanismo, el humanismo Soka, basado en el budismo de Nichiren Daishonin.
Un respetado pensador japonés ha declarado que, hoy, la Soka Gakkai y el Seikyo Shimbun son la conciencia del Japón.
Todo esto ha sido posible gracias al noble esfuerzo de los miembros.
En los últimos años de este siglo, una nube ominosa se cierne sobre el mundo. Las mentiras y la desinformación se han vuelto moneda corriente, y la sociedad parece extraviada en un laberinto, sin una filosofía que oriente su rumbo.
En ese trasfondo, la misión del Seikyo Shimbun —un diario dedicado a expresar la verdad y la justicia—, es elevarse e iluminar el siglo XXI como un sol de esperanza.
En lo que a mí respecta, escribiré. Estoy decidido a seguir escribiendo. Sumemos fuerzas para seguir desarrollando juntos este magnífico «baluarte de la pluma» y del pueblo.
De la serie de ensayos «Reflexiones sobre “La nueva revolución humana”», publicada en japonés en el Seikyo Shimbun el 15 de abril de 1998.
Sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.