Parte 3: El kosen-rufu y la paz mundial
Capítulo 28: Los tres presidentes fundadores y el camino de maestro y discípulo [28.3]

El presidente Ikeda afirma que la fortaleza y el espíritu de la Soka Gakkai se remontan a las cualidades de su fundador, Tsunesaburo Makiguchi, especialmente de su gran amor a la humanidad y a sus camaradas de fe.

El espíritu de maestro y discípulo que unió a los presidentes Makiguchi y Toda es el eterno punto de partida de la Soka Gakkai.

Hoy, estamos celebrando el aniversario de la fundación de la Soka Gakkai con un crecimiento sin precedentes. Todo esto comenzó cuando el señor Makiguchi se levantó resueltamente en la época más tumultuosa, seguido del señor Toda, quien se lanzó a actuar con la pasión y el arrojo de un león. Yo también, como tercer presidente, he obrado siempre basado en el espíritu de maestro y discípulo.

El firme desarrollo de hoy y las bases sólidas que hemos construido para el futuro son el fruto del solemne camino de maestro y discípulo que establecimos los primeros tres presidentes.

En ese camino se origina el espíritu de la Soka Gakkai, es decir, su espíritu fundacional. Espero que cada uno de ustedes, como integrante de esta organización —y como genuino y valiente Bodisatva de la Tierra—,1 tome conciencia del alcance real de lo que significa transitar toda la vida la senda de maestro y discípulo.

Nunca tuve el honor de conocer en persona al señor Makiguchi. Pocos de nuestros miembros actuales, de hecho, han tenido esa oportunidad. Algunos de ustedes, a partir de fotografías o de retratos, quizá tengan la impresión de que fue un hombre intimidante o severo. Pero todos los que llegaron a conocerlo han dado testimonio, con profundo cariño, de su gran calidez y compasión.

Cito aquí un conocido episodio sobre él que ha llegado a transmitirse hasta nuestros días. Una helada noche de invierno, al término de una reunión, una madre se disponía a regresar a su hogar con su bebé a las espaldas. Al ver esto, el señor Makiguchi dobló varios pliegos de papel de diario y con ellos acolchonó el abrigo que sujetaba al bebé para que tuviera una capa extra de protección contra el frío. La anécdota muestra un bello retrato de su afectuoso carácter.

Otro testimonio da cuenta de su proverbial consideración. Una vez, en una reunión de diálogo, la dueña de casa que ofrecía el lugar para las actividades se levantó para ir a la cocina y poner la tetera al fuego y servir algo caliente a los asistentes. Pero el señor Makiguchi la detuvo diciéndole: «No se preocupe por favor. Quédese con nosotros y participe del diálogo».

Siempre obraba con humanismo y cuidaba con esmero a cada miembro. Estas cualidades nutren el espíritu fundacional de la Soka Gakkai y representan la raíz de nuestro movimiento. Son el origen de la gran fuerza que posee la Soka Gakkai y de su maravilloso corazón, tan poco frecuente en el mundo de hoy. Son las virtudes que jamás, por ningún motivo, debemos perder.

Del discurso pronunciado en una reunión de gongyo para conmemorar el 57.º aniversario de la fundación de la Soka Gakkai, celebrada en Tokio el 18 de noviembre de 1987.