Parte 1: La felicidad; Capítulo 7: Felicidad para uno mismo y para los semejantes [7.2]

El camino del bodisatva plantea que la felicidad personal está inseparablemente unida al servicio en bien del prójimo.

Hay incontables personas en el mundo cuyo corazón, en algún momento, ha sufrido profundas heridas. Necesitamos ofrecerles un bálsamo espiritual. Esta acción, en verdad, nos sana a nosotros mismos.

Cuando alguien experimenta una gran desventura, suele pensar que no hay nadie en el mundo tan infeliz o desdichado. En situaciones así, el ser humano se compadece a sí mismo y solo ve su propia realidad. Encerrado en su sufrimiento personal, vive rumiando insatisfacción y desesperanza, y esto debilita más todavía la propia fuerza vital.

En momentos así, ¿qué nos brinda la fortaleza para seguir viviendo? A mi entender, hallamos esa fuerza en los lazos humanos, en el deseo de vivir por los demás. No puede haber felicidad mientras uno se deja consumir por el egocentrismo. Frente a esto, cuando actuamos considerando el bien de otros, renovamos la corriente profunda de nuestra vida.

La propia fuerza vital se incrementa en el acto de involucrarse con los demás y de cuidar a otros, ayudándolos a desplegar su vitalidad latente. Cuando alentamos a alguien a elevar su estado de vida, esa exaltación también tiene lugar en nuestro propio ser. Eso es lo maravilloso del camino del bodisatva. La práctica para beneficiar a los semejantes es la misma que obra en beneficio personal.

Hay cierta arrogancia en el discurso que solo hace hincapié en el bien del prójimo, ya que está imbuido de una falsa caridad: pensar que al «ayudar» a otros les estamos haciendo un favor. Pero cuando reconocemos que ese esfuerzo en bien de otro también es provechoso para nosotros mismos, agradecemos, con profunda humildad, esa oportunidad para desarrollarnos.

Nuestra vida y la vida de los demás están unidas de manera indisoluble. Por lo tanto, es fundamental mantener la práctica del bodisatva.

Del libro La sabiduría del «Sutra del loto», vol. 4, publicado en japonés en diciembre de 1998.