Parte 2: La revolución humana
Capítulo 14: «¡Sean buenos ciudadanos!» [14.5]
14.5 El budismo se manifiesta en la sociedad
En esta escena de La nueva revolución humana, el protagonista de la novela, Shin’ichi Yamamoto —personificación del presidente Ikeda— asiste a un encuentro de la División de Profesionales de Empresa de la Soka Gakkai, realizado en febrero de 1977, donde describe el enfoque fundamental que deben adoptar los practicantes del budismo Nichiren.
Shin’ichi destacó que el kosen-rufu comenzaba con cimentar una base firme en la propia vida.
—En términos prácticos, aunque suene un poco simple, «cimentar una base firme» concretamente se refiere a cuidar la propia salud —explicó—. Como sujetos y como integrantes de la sociedad, el bien más valioso que poseen es su vida. Por eso les sugiero que cuiden bien su salud. La forma en que lo hagamos y las medidas que tomemos para prevenir enfermedades reflejarán la sabiduría de nuestra práctica budista.
»Además, el buen funcionamiento del cuerpo es un factor importante para triunfar en la sociedad. Cuando tenemos vitalidad y buena disposición anímica, podemos esforzarnos al máximo y desempeñar un papel positivo, incluso dar el mejor rendimiento en nuestro lugar de trabajo.
»El budismo se basa en la razón. Si comemos de más, bebemos en exceso, no dormimos lo suficiente y trabajamos demasiado, con el tiempo sentiremos los efectos nocivos de esos malos hábitos y nos enfermaremos o causaremos accidentes. Para que eso no ocurra, debemos actuar con prudencia y construir una vida sana, creadora de valor. Así actúa un auténtico practicante del budismo Nichiren.
»Es vital llevar una vida saludable y equilibrada, empezando cada jornada con un gongyo revitalizante y dinámico, y dando lo mejor de nosotros mismos en el trabajo y en la comunidad, rebosantes de energía vital.
Luego, se refirió a la importancia de la familia.
—Cuando la vida familiar es estable, podemos desplegar nuestra capacidad sin restricciones también en el trabajo. En definitiva, la felicidad se encuentra cerca de nosotros, en el hogar, en las relaciones con la familia y los seres queridos. Lo que les enseñamos a nuestros hijos en casa también desempeña un papel importante a la hora de formar sucesores en la fe. Crear familias felices y fuertes es construir faros brillantes que iluminen el camino del kosen-rufu en la comunidad.
A continuación, Shin’ichi habló sobre la actitud correcta que propone el budismo para la victoria en el trabajo:
—Para triunfar en la profesión o en el empleo, necesitamos abandonar por completo la idea de que todo saldrá bien por el solo hecho de ser budistas. Esta es una manera de pensar equivocada y una forma de arrogancia que contradice la enseñanza del Daishonin, quien nos alentó a ser tan diligentes en el trabajo como en la práctica budista. Siempre recuerden que la fe correcta implica ejercitar la mayor sabiduría y emplear el buen juicio.
»El budismo es una forma de vivir. Ganar la confianza de las personas que nos rodean y dar prueba de triunfo en el lugar de trabajo conduce directamente a la victoria de nuestra vida y del budismo. Por eso es importante cumplir una labor activa y resuelta en el ámbito laboral y en la comunidad donde vivimos.
Shin’ichi continuó, alentando cálidamente a los presentes:
—En la vida social, debemos interactuar con toda clase de gente e, incluso, ocasionalmente, participar en ceremonias religiosas de otros credos. En casos así, no veamos las cosas con estrechez de miras ni seamos cerrados. Por el contrario, estemos siempre dispuestos a crear relaciones amistosas, procediendo con amplitud de criterio y sabiduría. El budismo Nichiren existe para que las personas sean felices.
»No debemos aislarnos de la sociedad ni volvernos intolerantes usando la fe como excusa. En especial, debemos evitar discutir o entrar en conflicto en el trabajo o en la familia a causa del budismo. Este sería un modo de actuar contraproducente. Mucho más valioso sería adoptar una perspectiva a largo plazo, apoyar con generosidad a los integrantes de la familia y compañeros de trabajo, y hacer todo lo que nos sea posible para que sean felices.
»A lo largo de los siglos, ha habido varios grupos budistas del linaje Nichiren de ideas radicales que han sido vistos propensos a comportamientos excluyentes y fanáticos. De hecho, antes de la Segunda Guerra Mundial ha habido actos de violencia cometidos por agrupaciones que decían defender los ideales del budismo Nichiren. Esta es una afrenta inadmisible que va en contra del noble pensamiento de Nichiren Daishonin, quien postuló que cualquier persona, sin distinción, poseía la naturaleza de buda y trabajó para que todos fuesen felices por igual. En verdad, adoptan semejantes posturas cuando no comprenden que los budistas deben ser miembros responsables de la vida cívica, como lo indica el principio de que «el budismo se manifiesta en la sociedad».
Por último, Shin’ichi recalcó la importancia del sentido común:
—Los miembros que con sus palabras y acciones extremas provocan el rechazo de sus semejantes poseen un aspecto en común: en general, suelen tener una «fe de fuego». Es decir, se esfuerzan en la práctica con pasión y hacen alarde de un ardiente entusiasmo, pero dura poco tiempo y terminan abandonando la fe. La clave yace en la continuidad, como el propio Daishonin se ocupó de enseñar cuando dijo: «Aceptar es fácil; continuar es difícil. Pero la budeidad yace en mantener la fe».1
»El kosen-rufu se logra de manera gradual, a través de nuestro esfuerzo firme y persistente por ampliar los lazos de confianza en nuestro lugar de trabajo y en la comunidad. En otras palabras, la esencia de la fe yace en una conducta basada en la sensatez y en el sentido común.
Del capítulo «El faro», volumen 24 de La nueva revolución humana.
La sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.
- *1La dificultad de mantener la fe, en Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 493.