Parte 2: La revolución humana
Capítulo 14: «¡Sean buenos ciudadanos!» [14.7]
14.7 El «yo superior» y la práctica del bodisatva
El presidente Ikeda esclarece que ser un buen ciudadano es practicar la vía del bodisatva, trascendiendo el yo inferior egoísta y basando la conducta y la vida en el yo superior. En este extracto de una de sus propuestas de paz, desarrolla este punto refiriéndose al discurso que ofreció en la ceremonia inaugural de la SGI.
En mi exposición sobre el concepto del bodisatva, lo que me interesa destacar es que los derechos humanos solo serán universales e indivisibles cuando superemos la brecha más básica y existencial de todas: la división entre el yo y el otro. Y esto podrá ocurrir únicamente cuando respetemos el derecho y el deber de tratarnos unos a otros de manera humana, no solo por obediencia a las normas externas, sino en respuesta al imperioso deseo natural de ayudar a todos los congéneres cuya capacidad de vivir de manera humana esté bajo amenaza. […]
Hace veintitrés años (el 26 de enero de 1975) me dirigí a los integrantes de la SGI recién fundada y les dije: «Más que vivir buscando la alabanza personal o la propia gloria, espero que dediquen su noble existencia a sembrar las semillas de la Ley Mística en todo el mundo». Así como la infelicidad no es algo que afecta únicamente a los otros, la felicidad tampoco puede ser solo nuestra. En tal sentido, mis palabras fueron una exhortación a recorrer juntos la vía del bodisatva, superando el «yo inferior» del egoísmo, cultivando un «yo superior» capaz de incluir y abrazar a los semejantes, viéndonos en el prójimo y sintiendo que el otro es parte de nosotros.
Los miembros de la SGI, dedicados a ser buenos ciudadanos del lugar donde viven, están impulsando un movimiento de paz, cultura y educación. En el contexto inmediato de su vida cotidiana, actúan con espíritu de bodisatvas, negándose a ignorar o abandonar a las personas que sufren. Ellos generan y reiteran incontables actos en beneficio de los demás, procurando alentar a uno y a otro, aliviar la angustia de la gente y ayudar a quienes los rodean. Estoy orgulloso de ellos. Creo que, con su actividad sincera, silenciosa y anónima, están contribuyendo a crear la cultura de derechos humanos que requiere nuestra época. Estoy convencido de que podremos establecer los cimientos de una ética del compromiso y de la responsabilidad, sobre la cual erigir una genuina vigencia de los derechos humanos, en la medida en que forjemos en lo profundo de la vida individual el tipo de conducta altruista, activa e independiente que representa el juramento de los bodisatvas.
De la propuesta de paz en conmemoración del 23.° Día de la SGI, presentada el 26 de enero de 1998.
La sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.