Parte 2: La revolución humana
Capítulo 16: El budismo se centra en la victoria [16.8]
16.8 «Las virtudes invisibles generan recompensas visibles»
El presidente Ikeda recalca la importancia de acumular «virtudes invisibles» y observa que la fuerza impulsora que ha permitido el notable crecimiento de la Soka Gakkai ha sido la labor incansable y silenciosa de los miembros que trabajan juntos por el kosen-rufu, con la unión de «distintas personas con un mismo propósito».
¿Por qué la Soka Gakkai ha logrado un desarrollo tan fenomenal, pese a las reiteradas hostilidades y ataques que ha tenido que sufrir a lo largo del tiempo? En síntesis, se debe a que nuestros miembros, unidos con el espíritu de «distintas personas con un mismo propósito», han llevado a cabo actividades de admirable «virtud invisible».
Nuestra membresía está formada por gente de distintos orígenes, profesiones y posiciones sociales. En ese sentido, somos «distintas personas». A la vez, todos estamos avanzando juntos con el objetivo de lograr el kosen-rufu, orientar el mundo en dirección a la paz y alcanzar la felicidad para uno mismo y para los demás. Por lo tanto, tenemos «un mismo propósito». La Soka Gakkai ha perseverado basada en esa unión de «distintas personas con un mismo propósito».
La «virtud invisible», como su nombre lo indica, describe buenas acciones que pasan inadvertidas a los ojos de los demás. Nuestras actividades cotidianas en la Soka Gakkai no se caracterizan por ser llamativas. Lo que hacemos es encontrarnos con la gente de vida a vida, reunirnos en pequeños grupos para estudiar y alentarnos recíprocamente, y participar en encuentros de diálogo. No hay reflectores ni cámaras; no salimos en los diarios ni en la televisión. Por el contrario, a veces sufrimos críticas debidas a los prejuicios y la incomprensión, o somos blanco de ataques a causa de la envidia. No obstante, elogiados o no, seguimos comprometidos con nuestros objetivos y con el ideal del kosen-rufu, llevando a cabo constantes acciones de virtud invisible. Por eso la Soka Gakkai ha triunfado.
El Daishonin escribe: «[L]as virtudes invisibles generan recompensas visibles».1 Nos asegura que quienes llevan a cabo buenas acciones sin esperar reconocimiento tendrán resultados claros, positivos e infalibles. De hecho, por el solo hecho de vivir con esa postura, ya han triunfado. No existe la menor duda de que estas personas cosecharán espléndidas recompensas, como lo harán sus familias y descendientes. Así deberíamos tratar de vivir toda nuestra existencia.
Hay una vanidad hueca e inútil en el afán constante de querer impresionar a los demás, enriquecerse rápidamente, o saltar a la fama de un día para el otro. Ir tras estas metas es como perseguir fantasmas. Quienes tienen ese corazón superficial nunca llegan a experimentar la felicidad genuina.
El Daishonin dirigió estos pasajes que he citado sobre las virtudes invisibles y las recompensas visibles a su leal discípulo Shijo Kingo.
Cuando su mentor, Nichiren Daishonin, sufrió una persecución implacable, igual que la que describe el Sutra del loto, muchos de sus discípulos empezaron a albergar dudas. «Hemos comenzado a practicar esta fe para ser felices; ¿por qué nos persiguen tanto? ¿Por qué debemos padecer de esta manera?». Su mente se dejó enredar por este tipo de cuestionamientos. Algunos llegaron a rebatir a su maestro, echándole toda la culpa de sus problemas. En suma, la cobardía hizo que muchos perdieran la fe y lo abandonaran. Incluso hubo otros que, olvidando su deuda de gratitud, lo traicionaron y lo atacaron.
En momentos así, quienes lo apoyaron y protegieron sin titubear fueron Shijo Kingo y su esposa, Nichigen-nyo; es por eso que existen tantos escritos dirigidos a ambos. Shijo Kingo también acompañó al Daishonin en la persecución de Tatsunokuchi, dispuesto a morir a su lado. Fue un discípulo ejemplar y una inspiración para todos nosotros. Incluso, cuando el Daishonin llegó a su exilio en la isla de Sado, Shijo Kingo fue a visitarlo de inmediato. A diferencia de la época actual, en que contamos con medios de transporte rápidos y seguros, viajar a Sado en aquellos tiempos era iniciar un periplo incierto y lleno de peligros. Probablemente resulte difícil imaginar cuanto trabajo implicaba realizar semejante travesía.
Además, el propio Shijo Kingo fue blanco de la persecución del perverso sacerdote Ryokan —quien odiaba al Daishonin— y de sus colegas envidiosos. Todos ellos, con el fin de desprestigiarlo, ensuciaron su nombre con rumores falsos. [Ema, el señor feudal a cuyo servicio trabajaba Shijo Kingo, era un devoto seguidor de Ryokan.] No solo perdió las tierras que tenía asignadas; sino que debió ser transferido a otra provincia… Incluso sufrió atentados contra su vida. Pero Shijo Kingo, sin dejar que estos reveses le hicieran extraviar el rumbo, continuó luchando con bravura, utilizando «la estrategia del Sutra del loto»2 exactamente como el Daishonin le indicaba.
Yo también, luchando junto a mi mentor Josei Toda, batallé contra los tres enemigos poderosos3 y confronté los tres obstáculos y los cuatro demonios.4 En particular, durante el período más duro, cuando su empresa quedó al borde de la quiebra, sobrellevé dificultades indescriptibles con tal de apoyarlo. Fui el único que permaneció a su lado en las horas más amargas. Pero, cada vez que miro hacia atrás, siento que ese fue el período más feliz de mi vida. Y puedo afirmar que la Soka Gakkai de hoy existe gracias a ese esfuerzo invisible que hice en aquellos años.
Shijo Kingo, quien luchó exactamente de acuerdo con las enseñanzas del Daishonin, finalmente triunfó. Recuperó la confianza de su señor feudal y de la sociedad, y, al tiempo, recibió feudos tres veces más extensos que los que administraba antes. Exultante con la victoria de su discípulo, Nichiren Daishonin le escribe: «Como a menudo le hice notar, se dice que las virtudes invisibles generan recompensas visibles».5 También nos dice, con otras palabras: «Usted afrontó una terrible persecución por haber transmitido a otros la enseñanza correcta del budismo. Pero, ahora, ¡mire qué afortunadas se han vuelto sus circunstancias!».6
Esto alude al principio según el cual las personas que practican la enseñanza correcta siempre prevalecen. Incluso si, en nombre del budismo, nos viéramos sujetos a situaciones ingratas o difíciles, mientras perseveremos con fe valerosa podremos superar cualquier impedimento. Más aún, alcanzaremos un vasto estado de vida, más allá de lo que podamos imaginar. No hay falsedad en las palabras del Daishonin.
Algunos solo buscan las recompensas visibles, como la riqueza material, la popularidad o la fama. Pero todas esas cosas son efímeras. Podemos acumular una buena fortuna eterna e indestructible solo por medio de acciones que representan virtudes invisibles. Lo digo inequívocamente, basado en la razón y en la experiencia.
«La virtud invisible genera recompensas visibles» quiere decir que los que trabajan incansablemente, lejos de las miradas de reconocimiento, gozarán de los beneficios más grandes. Es un principio estricto e imparcial, pero de enorme esperanza. Es lo que enseña el budismo. De ahí que resulte tan importante participar en las actividades de la Soka Gakkai.
Aunque esta labor en bien del kosen-rufu signifique una laboriosa dedicación, todos ustedes están recorriendo este grandioso camino de vida tal como el Daishonin enseña. La vida es eterna. Espero que tengan la convicción de que los beneficios y la buena fortuna que están acumulando con su consagración a las actividades de la Soka Gakkai también se transmitirán a la vidia de sus familiares y seres queridos.
Del discurso pronunciado en la reunión de la sede central para responsables, celebrada en Tokio, el 22 de abril de 2004.
La sabiduría para ser feliz y crear la paz es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.
- *1La virtud invisible genera recompensas visibles, en Los escritos de Nichiren Daishonin (END), pág. 950.
- *2Véase La estrategia del Sutra del loto, en END, pág. 1045.
- *3Tres enemigos poderosos: Tres clases de personas arrogantes que persiguen a los que propagan el Sutra del loto en la época malvada posterior a la muerte del Buda. Se los describe en la estrofa de veinte versos del capítulo «Aliento a la devoción» (13.º) del Sutra del loto. El gran maestro Miao-lo de la China los tipificó en tres categorías: 1) laicos arrogantes; 2) sacerdotes arrogantes; 3) falsos venerables arrogantes.
- *4Tres obstáculos y cuatro demonios: Diversos obstáculos e impedimentos que buscan obstruir la práctica del budismo. Los tres obstáculos son: 1) el obstáculo de los deseos mundanos; 2) el obstáculo del karma; 3) el obstáculo de la retribución. Los cuatro demonios son: 1) el impedimento de los cinco componentes; 2) el de los deseos mundanos; 3) el de la muerte; 4) el del Rey Demonio.
- *5La virtud invisible genera recompensas visibles, en END, pág. 950.
- *6Véase Cuanto más lejana es la fuente, más larga es la corriente, en END, pág. 984.