Parte 1: La felicidad; Capítulo 3: La práctica para transformar nuestro estado de vida [3.12]
3.12 El gongyo contiene el corazón del Sutra del loto
El presidente Ikeda esclarece el significado de los capítulos «Medios hábiles» y «La duración de la vida» del Sutra del loto, parte de los cuales leen los miembros de la Soka Gakkai durante su práctica diaria del gongyo.
En una oportunidad, escribí el siguiente poema:
Plenos de alborozo, mañana y noche,
sincronicen su vida
con el ritmo universal,
mientras recitan los capítulos «Medios hábiles»
y «La duración de la vida».
¡Qué hermosa tarea en pro de la paz y la felicidad estamos llevando a cabo cuando recitamos estos capítulos, que contienen el corazón del Sutra del loto —la enseñanza budista más elevada— y recitamos enérgicamente Nam-myoho-renge-kyo, Ley suprema del universo y culminación de toda la filosofía budista!
El propósito con el cual se predicó el Sutra del loto fue permitir a todos los seres lograr una vida iluminada. Cuando esta escritura se lee desde el punto de vista del significado implícito en su texto —que es el enfoque doctrinal del budismo Nichiren—, adquiere una dimensión mucho más profunda y se revela como una «explicación» del objeto de devoción (Gohonzon) de Nam-myoho-renge-kyo, la ley fundamental que abre el camino para que todos los seres logren la budeidad en los diez mil años del Último Día de la Ley y, más aún, a lo largo de toda la eternidad.
La esencia del sutra está contenida en el capítulo segundo —donde se revela el «verdadero aspecto de todos los fenómenos»— y en el capítulo decimosexto, donde se revela que la iluminación del Buda tuvo lugar en el remoto pasado.
Desde la perspectiva del budismo Nichiren, el capítulo «Medios hábiles» (2.o) explica que la sabiduría de Nam-myoho-renge-kyo (la Ley Mística) es infinitamente profunda e inconmensurable, y esclarece el principio de que todos los seres son budas. En particular, la parte que revela el «verdadero aspecto de todos los fenómenos» y los «diez factores de la vida» (es decir, la que repetimos tres veces durante el gongyo) indica que todas las formas de vida diversas y cambiantes (todos los fenómenos) son, sin excepción, manifestaciones de Nam-myoho-renge-kyo (su verdadero aspecto). Nichiren Daishonin escribe: «[T]odos los seres y sus ambientes, en los diez estados1 […] son manifestaciones de Myoho-renge-kyo, sin excepción».2 Todos los seres son, de manera intrínseca, entidades de la Ley Mística. Por lo tanto, todos los que entonan el daimoku y obran en aras del kosen-rufu pueden, con toda seguridad, lograr el estado de budeidad, tal como son.
Para iluminarnos no necesitamos ir a ningún sitio especial o distante. No tenemos que convertirnos en una clase determinada de individuos. Podemos fusionarnos dinámicamente con el universo en el lugar donde estamos en este momento y tal como somos, revelando plenamente el brillo de nuestro propio «verdadero aspecto» innato; es decir, nuestra verdadera identidad como entidades o sujetos de Nam-myoho-renge-kyo. Este es el propósito del gongyo y de la fe. De ese modo activamos la sabiduría, valentía y benevolencia de la Ley Mística en nuestro propio interior. Por ende, no debemos temer a nada.
El término «La duración de la vida», contenido en el nombre del capítulo 16.o, se refiere a medir la longitud de la vida y los beneficios del Buda. Si leemos este capítulo desde el punto de vista de su significado implícito, encontramos que describe detalladamente la naturaleza eterna de la vida y los beneficios de «El Que Así Llega Nam-myoho-renge-kyo»,3 que existen desde el remotísimo pasado. Aquí se revela la eternidad de la vida y se explica que dicha verdad se aplica a todos los seres vivos. En este capítulo se revela, también, la misión de los Bodisatvas de la Tierra,4 que es propagar esta gran Ley y guiar a todos los seres a la iluminación.
En especial, la parte en verso de este capítulo —conocida como jigage— es un gran himno triunfal a nuestra fuerza vital infinitamente eterna y grandiosa.
El verso inicial de esta parte es «Ji ga toku but rai» o «Desde que yo logré la Budeidad»5 y empieza con el carácter «ji», que significa «yo». A su vez, el último verso del jigage es «Soku joju butshin» o «adquirir rápidamente el cuerpo de un buda»,6 y su carácter final es «shin», que significa «cuerpo». El Daishonin observa que, si se combinan el primero y el último ideograma, se forma la palabra jishin, es decir, «uno mismo».7 Desde el principio hasta el final, el jigage ensalza el yo y la vida del Buda; en tal sentido, es también un himno triunfal al estado de libertad absoluta que existe de manera inherente en nuestra vida.
De tal manera, aquí se ofrece respuesta directa a las preguntas esenciales de la vida, que constituyen la base de toda religión, filosofía o sistema de pensamiento. En otras palabras, interrogantes de vigencia perpetua, como «¿Cuál es el significado de nuestra existencia?», «¿Cuál es la verdadera esencia de nuestro ser?», «¿De dónde venimos y hacia dónde vamos?», «¿Qué son la vida y la muerte?». El jigage representa una enseñanza de esperanza y de alegría, con el poder de iluminar a toda la humanidad y a todas las formas de vida eternamente.
Allí hallamos el siguiente pasaje: «Ga shi do annon / Tennin jo juman». (Esta, mi tierra, permanece a salvo y en calma, / siempre colmada de seres humanos y celestiales).8
En el mundo actual sigue habiendo enormes sufrimientos, que causan a muchas personas un dolor extremo, como si fuera «consumido en un gran incendio».9 El propósito de nuestro amplio movimiento por el kosen-rufu, que proclama la filosofía de la eternidad de la vida, es crear un mundo donde todos podamos vivir en paz y en felicidad, una sociedad ideal como la que el ser humano ha anhelado desde siempre. Aquí yace el camino para proteger el derecho de todos los seres a vivir una existencia feliz y plena en el siglo XXI, aspiración que han compartido incontables filósofos, guías espirituales y religiosos, estudiosos de la paz y personas de conciencia en todo el mundo.
Del discurso pronunciado en una reunión de gongyo para la paz mundial celebrada en Tokio, el 8 de septiembre de 2002.
La «sabiduría para ser feliz y crear la paz» es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.
- *1Diez estados: Son el estado de infierno, el de las entidades hambrientas, el de los animales, el de los asuras, el de los seres humanos, el de los seres celestiales, el de los que escuchan la voz, el de los que toman conciencia de las causas, el de los bodisatvas y el de los budas. También se los mencionan como los diez estados de infierno, hambre, animalidad, ira, humanidad, éxtasis, aprendizaje, comprensión intuitiva, bodisatva y budeidad.
- *2El verdadero aspecto de todos los fenómenos, en Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 404.
- *3Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 123.
- *4Bodisatvas de la Tierra: Hueste inmensurable de bodisatvas que irrumpen del seno de la tierra y a quienes el buda Shakyamuni confía la propagación de la Ley Mística o esencia del Sutra del loto en el Último Día de la Ley.
- *5El Sutra del loto, cap. 16, pág. 229.
- *6Véase ib., pág. 230.
- *7Véase Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente, pág. 140.
- *8El Sutra del loto, cap. 16, pág. 229.
- *9Ib.