Parte 1: La felicidad; Capítulo 5:
Convertir las aflicciones en felicidad [5.4]

5.4 Crear el futuro tomando el budismo como «causa primordial»

El budismo enseña el principio de causalidad en nuestra vida; es decir, que nuestra situación actual es el efecto de nuestras acciones pasadas. Basado en esta perspectiva, el budismo Nichiren expone la filosofía de la «verdadera causa»: no estamos sujetos al pasado, sino que el momento actual es siempre el punto de partida de un nuevo avance.

En la mayoría de los casos, la gente solo empieza a considerar seriamente la ley de causa y efecto, y a reflexionar sobre la felicidad en la vida, cuando experimenta un intenso sufrimiento.

Pero cuando todo marcha bien, no suele pensar en las cosas realmente importantes de la existencia. En tal sentido, las dificultades cumplen una función decisiva para hacer más profunda y trascendente nuestra vida; es más, debemos hacer que así sea.

No existe una vida sin problemas. A nuestro alrededor, hay muchas personas que sufren por aspectos de su existencia que, vistos desde afuera, podrían parecer un motivo de felicidad. Es algo que uno aprende a observar con los años, a medida que adquiere experiencia y madurez.

Por ejemplo, la felicidad de un matrimonio puede desplomarse tras el nacimiento de un hijo con un grave problema de salud. Hay un sinfín de acontecimientos imprevistos que pueden ocurrirnos: una quiebra económica, un incendio o accidente, un divorcio, discordias familiares, dificultades de relaciones humanas… Estas situaciones pueden, a veces, ser causa de un prolongado malestar que se traduce en una vida desdichada. A decir verdad, ningún ser humano sabe qué ocurrirá en el futuro. Nadie puede afirmar con certeza que estará absolutamente a salvo de percances.

Incluso hay gente que vive en condiciones seguras y tranquilas, pero, con el paso del tiempo, llega a sentir que su existencia no tiene sentido. Y otros, que parecen muy ocupados con toda clase de actividades, pero que en realidad viven corriendo de un lado al otro para no tener que pensar en el vacío de su propia vida o para no reconocer su soledad.

Detrás de una sonrisa puede haber una profunda tristeza. Después del placer podemos sentir un gran vacío. Los problemas y sufrimientos son una realidad inevitable de la existencia. Y sin embargo, a pesar de ellos, la vida continúa. Entonces, ¿cómo debemos encararla? ¿Cómo convertir el sufrimiento en alegría? El budismo de Nichiren Daishonin ofrece una respuesta a estas preguntas fundamentales.

En verdad, a la filosofía del Daishonin se la conoce como el budismo de la «verdadera causa».1 Esta enseñanza profunda y sin precedentes postula que Nam-myoho-renge-kyo es la causa primordial para lograr la iluminación, y que practicando la fe en el Gohonzon podemos adquirir en esta existencia todas las prácticas y virtudes de los budas.2

La esencia del budismo del Daishonin, que hace hincapié en el presente y el futuro, es mirar siempre de cara al mañana e iluminar vivamente el porvenir a medida que avanzamos.

Practicar este budismo no significa que nuestros sufrimientos y problemas vayan a desaparecer. La verdadera realidad de la vida es que los diez estados3 se contienen unos a otros en forma recíproca; por eso, los nueve estados de ilusión y sufrimiento también existen en el estado de budeidad. De la misma manera, la budeidad solo puede manifestarse en las acciones de los otros nueve estados.

Lo importante es no dejarse intimidar por las dificultades, creer firmemente en que son expresiones del amor compasivo que surge desde la budeidad, y avanzar con fe cada vez más profunda.

Hay quienes, por flaqueza, sucumben a la duda y se cuestionan por qué siguen teniendo problemas a pesar de estar practicando el budismo del Daishonin. Pero esa forma de pensar, de acuerdo con el principio de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital,4 impregnará cada aspecto de su conducta y dará lugar a un estado de mayor sufrimiento aún.

Es lo contrario de tener una fe firme.

Ya que somos seres comunes, quizá no entendamos totalmente por qué nos ocurre algo en cierto momento de la vida, pero a la larga llegaremos a comprender su sentido. También podremos transformar positivamente la situación y convertir el veneno en remedio. Lo digo con absoluta convicción, basado en mi experiencia personal de más de cuarenta años de práctica budista. Hay vivencias cuyo significado solo se puede apreciar después de cinco o de diez años, o incluso al término de la existencia. Pero, si consideramos la eternidad de la vida a través del pasado, presente y futuro, todo tiene sentido y todo es expresión de la sabiduría del Buda.

Del discurso pronunciado en una reunión nacional de la División de Jóvenes, en Tokio, el 29 de abril de 1988.

La «sabiduría para ser feliz y crear la paz» es una selección de las obras del presidente Ikeda sobre temas clave.

  • *1Verdadera causa: También conocido como «principio místico de la verdadera causa». El budismo de Nichiren Daishonin expone directamente que la verdadera causa de la iluminación es Nam-myoho-renge-kyo, la Ley de la vida y del universo. Enseña una modalidad de práctica budista que consiste en avanzar siempre hacia adelante, tomando como punto de partida el instante actual, basándonos en esa Ley fundamental.
  • *2Nichiren Daishonin escribe: «Las prácticas de Shakyamuni y las virtudes que adquirió como consecuencia de ellas están contenidas, en su totalidad, en los cinco ideogramas de Myoho-renge-kyo. Si creemos en estos cinco caracteres, naturalmente nos serán concedidos los mismos beneficios que obtuvo Shakyamuni». (El objeto de veneración para observar la vida, en Los escritos de Nichiren Daishonin, Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 385).
  • *3Diez estados: Son el estado de infierno, el de las entidades hambrientas, el de los animales, el de los asuras, el de los seres humanos, el de los seres celestiales, el de los que escuchan la voz, el de los que toman conciencia de las causas, el de los bodisatvas y el de los budas. También se los mencionan como los diez estados de infierno, hambre, animalidad, ira, humanidad, éxtasis, aprendizaje, comprensión intuitiva, bodisatva y budeidad.
  • *4Tres mil aspectos contenidos en cada instante vital: Véase la nota N.o 2.