Parte 1: La felicidad; Capítulo 5:
Convertir las aflicciones en felicidad [5.3]

La vida, inevitablemente, incluye situaciones de victoria y de derrota. También implica momentos de sufrimiento y de tristeza. Pero el budismo enseña que «los deseos mundanos son la iluminación» y que «los sufrimientos de la vida y la muerte conducen al nirvana». Los mayores problemas y sufrimientos pueden ser transformados en grandes alegrías y felicidad a través de la práctica.

Cultivamos la fe en nuestro propio beneficio. Practicamos para vivir plenamente, incrementar nuestra buena fortuna y abrir el camino hacia la felicidad. Lo que distingue a un genuino practicante del budismo Nichiren es que no se perturba ni se altera por las vicisitudes de la vida.

En el mundo de la Ley Mística, pase lo que pase, a la larga todo puede transformarse positivamente, y cualquier veneno puede convertirse en un remedio.

De hecho, no existe una línea inequívoca que diferencie el veneno de la medicina. La misma sustancia puede actuar como un tóxico que enferma o como un medicamento curativo, según la dosis y la fuerza vital del individuo que la recibe. Algunos incluso dicen que los medicamentos son «venenos de uso terapéutico».

También podemos aplicar esta analogía del remedio y el veneno a la victoria y la derrota en la vida. Por ejemplo, si en última instancia triunfamos, todos los aspectos de nuestra existencia se convierten en medicina. Por otro lado, si al final de nuestros días somos derrotados, podría decirse que todo lo vivido, incluso lo que hasta ese momento había funcionado como un remedio, termina siendo un veneno.

Pero entonces ¿qué significa la «victoria última»? Es triunfar en la fe budista, pues esta es la clave para ser vencedores en el nivel humano, y para establecer una victoria eterna a través del pasado, el presente y el futuro.

Del discurso en una reunión de líderes de cabildo en Tokio, el 27 de julio de 1989.