Parte 1: La felicidad; Capítulo 3: La práctica para transformar nuestro estado de vida [3.7]

Nam-myoho-renge-kyo es la Ley suprema; la fuente que da origen a todos los budas. Para decirlo de otro modo, la causa fundamental por la cual todos los budas logran la iluminación no es cumplir incontables kalpas de práctica,1 sino tomar conciencia de dicha Ley fundamental. La práctica budista para el Último Día de la Ley es adoptar y practicar directamente Nam-myoho-renge-kyo. Por eso, en el budismo Nichiren no es necesario practicar durante kalpas interminables.

En su tratado El objeto de devoción para observar la vida, el Daishonin escribe: «[L]as prácticas de Shakyamuni y las virtudes que adquirió como consecuencia de ellas están contenidas, en su totalidad, en los cinco ideogramas de Myoho-renge-kyo.2 Si creemos en estos cinco caracteres, naturalmente nos serán concedidos los mismos beneficios que obtuvo Shakyamuni».3

En Nam-myoho-renge-kyo están incluidas todas las prácticas cumplidas por Shakyamuni y por los budas de las diez direcciones y de las tres existencias para lograr la iluminación, así como las virtudes resultantes de tales prácticas. Por dicho motivo, cuando adoptamos esos cinco caracteres, obtenemos naturalmente los plenos beneficios de Shakyamuni y de todos los budas, y podemos manifestar el estado de budeidad.

Este es el principio según el cual creer en el Gohonzon es, en sí mismo, observar la propia vida o lograr la budeidad.4 También se lo expresa como «el logro de la iluminación con la forma que cada uno posee»5 y como «el logro inmediato de la iluminación».6

El Daishonin afirma que quien cree en la Ley Mística puede «sin dificultad, ser un buda tan noble como Shakyamuni».7 La enseñanza del Daishonin abre el camino para que todas las personas establezcan el mismo estado de vida de un buda excepcional como Shakyamuni. La budeidad no es una metáfora ni es un concepto ficcional, ni un logro hipotético, sujeto a un futuro eventual y remoto. El budismo Nichiren permite a todos lograr la budeidad en esta existencia.

El principio de que «creer en el Gohonzon es, en sí, observar la propia vida» fue una revolución en la forma de conceptualizar el logro de la budeidad. Como explicó el maestro Toda:

Con solo entonar Nam-myoho-renge-kyo con fe en el Gohonzon podemos cumplir la práctica para el logro de la budeidad, de manera mucho más sencilla que los budas del capítulo «Medios hábiles» del Sutra del loto, que debieron practicar decenas de millones de años [durante incontables existencias antes de poder lograr la budeidad].8

La idea más difundida sobre la iluminación es que se trata de un proceso larguísimo y extenuante hasta llegar a la cumbre de la budeidad. Pero el budismo Nichiren enseña que todas las personas pueden alcanzar esa cima al instante. Aquí y ahora, en forma directa e inmediata, podemos activar el elevado estado de budeidad, como si, de pronto, nos encontráramos en la punta de una montaña contemplando el mundo desde arriba o gozando de una fabulosa vista panorámica del mundo en trescientos sesenta grados. Así empoderado, uno puede abordar cualquier realidad compleja de la vida y compartir con otros la alegría de haber logrado ese estado de vida tan profundo. Por estos aspectos, la práctica del budismo Nichiren resulta tan excelente y fascinante.

Del libro Disertaciones sobre los capítulos «Medios hábiles» y «La duración de la vida» del Sutra del loto, vol. 1, publicado en japonés en septiembre de 1995.