Enfrentando la vida y la muerte
“La vida de un ser humano es efímera” —escribe Nichiren— “La respiración que sale del cuerpo no espera el nuevo aliento. Ni la imagen del rocío bajo el viento es una metáfora suficiente”. Aunque por lo general tendemos a ignorar la realidad, tarde o temprano cada uno de nosotros deberá hacer frente a la verdad ineludible de la muerte. En efecto, el budismo nace de esta comprensión. La feria “Leben und Tod” (Vida y Muerte) en Bremen, Alemania, es un evento anual que permite al público hacer precisamente eso: encontrar diferentes perspectivas sobre la muerte y sobre cuidados paliativos y ayudas psicológicas para aquellos que enfrentan una muerte inminente o la aflicción causada por la pérdida de seres queridos. Durante los últimos cuatro años, la SGI de Alemania (SGI-D) ha organizado un estand donde los visitantes pueden hacer preguntas y aprender sobre la visión del budismo. Wolf Soujon describe la participación de la SGI-D.
Háblenos de la feria sobre la vida y la muerte, a qué tipo de personas atrae y por qué piensa que crece en popularidad cada año.
La feria está dirigida a una amplia variedad de visitantes, como profesionales en cuidados paliativos, trabajadores sociales, servicios funerarios y similares. En este grupo se incluyen también voluntarios (o posibles voluntarios) de grupos de apoyo para afrontar el tema de la muerte o para la prevención de suicidios. También está abierta al público en general.
Es un evento anual de dos días de duración que se lleva a cabo en el recinto ferial de Bremen. En mayo de 2019, atrajo a más de 5.000 visitantes y es un evento único en su clase y magnitud en Alemania.
Pienso que su popularidad creciente refleja la relevancia cada vez mayor de este asunto en la sociedad. Un número creciente de personas mayores y su deseo de finalizar la vida con dignidad genera también un número creciente de profesionales que trabajan en este ámbito. Además de estands, algunos de los cuales ofrecen hasta servicios comerciales, el evento incluye charlas y talleres sobre preocupaciones psicológicas y éticas concernientes a la cuestión de la vida y la muerte. Varios grupos religiosos invitan también a los visitantes a hablar sobre el tema.
A pesar de la naturaleza seria del evento, hay un ambiente ligero y acogedor.
¿Cómo explica a los visitantes a su estand la perspectiva budista sobre la vida y la muerte?
La mayoría de los visitantes a nuestro estand son “bodisatvas profesionales” de la enfermería, terapeutas y voluntarios, o personas que han padecido o están enfrentando una pérdida personal o incluso interesados en cómo enfrentar el tema de su propia muerte. Las conversaciones a menudo son muy profundas y personales desde el comienzo. Los visitantes también tienen la oportunidad de probar la recitación de Nam-myoho-renge-kyo en un “taller” aparte si lo desean. Además suelen visitar el estand grupos de estudiantes de cuarto curso de primaria junto con un profesor. Los miembros de la SGI-D con una larga experiencia, que son también profesores de escuela primaria, responden a las preguntas que los estudiantes preparan en clase antes de acudir a la feria. Teniendo en cuenta su edad y el ritmo frenético de la feria, los estudiantes tienen una concentración sorprendente, y muchas de sus preguntas son realmente profundas.
Las preguntas más habituales que puedo recordar son si nosotros, los practicantes del budismo Nichiren, tenemos rituales especiales de entierro y “¿a dónde van los budistas cuando mueren?”, “¿Buda es vuestro dios?” o “¿los budistas son vegetarianos?”.
Una forma sencilla de explicar nuestra visión de la vida y la muerte es decir que el budismo compara la vida y la muerte con la actividad del dormir y el despertar. Morimos cuando somos ancianos o por estar muy enfermos o quizá a causa de un accidente. Y, aunque el cuerpo físico se desintegra cuando morimos, creemos que la parte esencial de nosotros vuelve a fusionarse con el universo. En el momento adecuado, regresamos revitalizados. Es un poco más complicado, pero esta es la idea principal.
También presentamos una analogía que describe nuestra vida al nacer como una ola que se levanta en el océano, y que cuando morimos, es como si la ola retornara al océano. Pero el agua en sí no desaparece y, con una nueva energía, la ola vuelve a surgir nuevamente desde las profundidades del mar.
Durante la celebración de la feria, también tenemos conferencias abiertas sobre la visión budista de la vida y la muerte.
En su experiencia, ¿qué ideas son las que más ayudan a las personas, y por qué cree que es así?
Las personas, independientemente de sus creencias religiosas, se sienten alentadas cuando oyen sobre la idea de que siempre podemos comenzar de nuevo, sin importar las circunstancias que hayamos tenido que enfrentar hasta ahora.
Escuchar experiencias personales de haber superado en repetidas ocasiones el sufrimiento y, como resultado, ser siempre más feliz, llega mucho a las personas, más que explicaciones elaboradas sobre conceptos budistas. Muchos visitantes que enfrentaban pérdidas personales parecían alentados por nuestra convicción de que estamos conectados a nuestros seres queridos fallecidos a través del pasado, presente y futuro, y que siempre podemos enviarles una energía positiva a través de nuestra oración, entonando Nam-myoho-renge-kyo.
¿Cómo el formar parte de esta actividad ha cambiado su propia manera de pensar o abordar la pérdida o duelo en su propia vida?
El 25 de mayo de 2018, mi hijo Aaron se suicidó tras un episodio de depresión relativamente breve pero muy serio. Murió a la edad de 23 años. Mi esposa (madrastra de Aaron) y yo decidimos preparar nuestra actividad en la feria tal y como habíamos hecho en los años anteriores. Fue una verdadera lucha para mí porque yo mismo había empezado a manifestar síntomas de depresión tras la muerte de Aaron. Pero estaba totalmente determinado a combatir la enfermedad y a no permitir que me venciera mi propia oscuridad. Quería alentar a las personas. Este era el cuarto año que participaba en la feria, pero fue una experiencia muy distinta el hablar con las personas sobre la muerte, la pérdida, el duelo y la esperanza. Lo había experimentado personalmente y podía entender lo que sentían.
En la feria, me encontraba como si estuviese en una cuerda floja, pero me repuse y esto fue verdaderamente vital para mí. Sabía que la tristeza y la depresión no me dominarían. Actualmente sigo recibiendo tratamiento, pero me estoy recuperando.
Para conocer más acerca de la visión del budismo Nichiren sobre la vida y la muerte, lea “La vida y la muerte”.