Resurgir de la crisis: Responder a la pandemia (3)
Esta es la continuación de la serie «Resurgir de la crisis», en la que representantes de las organizaciones de la Soka Gakkai en el mundo reflexionan sobre cómo se están adaptando a la pandemia del COVID-19 en sus respectivos países y organizaciones locales. Las entrevistas originales se publicaron por separado en el Seikyo Shimbun, el diario de la Soka Gakkai. Aquí se presentan extractos de las entrevistas con los directores generales de la Asociación Peruana de la Soka Gakkai Internacional, la SGI de Sudáfrica y la SGI de Australia.
El impacto social del COVID-19
Julio Asato, Perú: Los trastornos causados por la pandemia han agudizado los conflictos políticos y han polarizado al país. Esta división arroja una oscura sombra sobre el futuro de Perú. En este contexto, nosotros los integrantes de la Asociación Peruana de la Soka Gakkai Internacional, reafirmamos que la nuestra es una organización que infunde esperanza y aliento a quienes están sufriendo, y seguimos nuestro avance.
Loren Braithwaite Kobosha, Sudáfrica: La pandemia ha creado una mayor conciencia y preocupación en el país sobre la desigualdad económica, asociada además a otro tipo de desigualdades y, también, sobre las cuestiones de seguridad alimentaria. Muchas personas en la sociedad han profundizado el sentido de la compasión y han intentado buscar la manera de ayudar a los más desfavorecidos. Por ejemplo, ciudadanos comunes han creado huertos comunitarios y programas de alimentación local. Estas son expresiones de la filosofía sudafricana Ubuntu, un concepto que reconoce nuestra dignidad y humanidad en relación con las demás personas, y que puede traducirse como «soy porque nosotros somos».
Chris Steains, Australia: En un momento dado, las infecciones llegaron a más de 700 personas por día en todo el país, pero la media cayó hasta unas diez. Uno de los motivos fue la implementación de medidas de confinamiento y restricciones sociales. Aunque se logró contener la infección, el impacto provocado en los restaurantes y la industria del turismo fue grave, y la elevada tasa de desempleo se tornó en un verdadero problema. Más aún, a raíz de las prolongadas restricciones de salida, aumentaron notablemente los casos de violencia doméstica y de problemas de salud mental.
Sobre el impacto de la pandemia en la organización
Julio Asato, Perú: Cuando se declaró la pandemia en marzo de 2020, iniciamos una campaña de nuestra práctica budista que denominamos «Victoria familiar». Estoy convencido de que todo comienza por la oración. Desde entonces, nos dedicamos a hacer esfuerzos innovadores para brindar aliento, formando, por ejemplo, grupos virtuales de estudio de la filosofía budista y también, grupos de apoyo relacionados con la práctica de la fe para los nuevos miembros.
Muchas personas mayores de nuestra membrecía han aprendido a usar distintas plataformas digitales y redes sociales con la ayuda de los más jóvenes. Para quienes no tienen teléfonos inteligentes u ordenadores, les apoyamos a través de llamadas telefónicas, transmitiéndoles el aliento compartido en las reuniones virtuales.
También, los jóvenes de nuestra organización perdieron su trabajo y enfrentaron dificultades económicas a causa de la pandemia, pero ellos han sido, precisamente, los que abrieron camino en esta época, asistiendo a los mayores y preparando contenidos alentadores para compartirlos en las redes sociales. Muchos han conseguido nuevos y mejores puestos de trabajo y también han emprendido su propio negocio.
Loren Braithwaite Kabosha, Sudáfrica: Hemos venido realizando encuentros mensuales en línea. Entre los que se incluían reuniones de introducción al budismo promovidas por los más jóvenes, que contaron con una participación numerosa. Hay una sensación clara de que en esta época las personas están en búsqueda de una filosofía profunda.
Muchos miembros han enfrentado terribles circunstancias y han encontrado, a través de su práctica, la esperanza y la fortaleza necesarias para perseverar y hallar soluciones. Algunos han tenido vivencias asombrosas. Por ejemplo, una mujer perdió de repente su puesto de investigadora en la universidad. Basándose en su práctica, pudo enfrentar la situación con calma y determinó que mantendría su fuente de ingresos durante ese periodo. Mientras tanto, había subido a las redes sociales fotografías de algunas obras de arte que ella había realizado y, de forma inesperada, empezó a recibir consultas de personas que querían comprarlas. También le llegó una propuesta de colaboración con otros artistas. Con ello, sus ingresos terminaron aumentando.
Chris Steins, Australia: Desde abril de 2020, hemos llevado a cabo mensualmente conferencias y reuniones de diálogo en línea. Un nuevo enfoque consiste en ofrecer sesiones de preguntas y respuestas para los responsables nacionales. Lo hicimos conscientes de la importancia de escuchar las preocupaciones de cada uno en estos tiempos de dificultades sin precedentes.
Una ventaja de las reuniones en línea es la disminución de los impedimentos para acudir a las actividades y, en consecuencia, la participación en algunas zonas se ha duplicado. Creo que esto se debe también a que las personas están buscando aliento con más determinación debido a las difíciles circunstancias. La incidencia de las infecciones difieren en las distintas regiones del país, por lo que, de acuerdo con cada situación, hemos combinado reuniones en línea y presenciales, ya que los encuentros personales fortalecen los lazos entre los miembros.
Durante la pandemia, se ha incrementado la brecha entre las personas, y por eso siento la importancia de un movimiento capaz de conectarlas forjando fuertes vínculos. Australia tiene una alta proporción de inmigrantes. De hecho, por ejemplo en Sídney, se hablan 237 idiomas, y se dice que uno de cada tres habitantes no habla inglés en casa. Nos hemos esforzado en crear armonía en una sociedad con una gran diversidad. Desde 2016, estamos realizando periódicamente encuentros de diálogo interreligioso y los hemos mantenido en línea durante la tragedia del coronavirus.
Mirando hacia adelante
Julio Asato, Perú: Personalmente, siento que esta pandemia y el desorden social y político en Perú han dejado al descubierto una sensación de desesperanza, falta de solidaridad y una corriente profunda de ira que fluye en la sociedad. En tales condiciones, precisamente, el budismo Nichiren puede servir para transformar la sociedad.
En el volumen 30 de La nueva revolución humana, el presidente Daisaku Ikeda escribe: «Con la firme convicción de que el lugar donde viven en este momento es el escenario de su misión y la Tierra de la Luz Eternamente Tranquila de plena felicidad, por favor, avancen juntos en armonía». En este sentido, nosotros, los miembros de la Soka Gakkai, debemos ser los protagonistas del cambio en nuestra sociedad, brindando esperanza a los amigos, vecinos y familiares.
Loren Braithwaite Kaboshan, Sudáfrica: En todo momento llevo en el corazón las palabras del presidente Ikeda que pronunció cuando recibió un título honorífico de la Universidad de Kwa-Zulu Natal en 2013: «Mi corazón palpita lleno de expectativas, pues tengo la convicción de que se desplegará pronto ante nosotros desde aquí, Sudáfrica, una nueva centuria de África, un nuevo siglo basado en el respeto que le debemos a la dignidad de la vida». Hemos interiorizado profundamente la visión del presidente Ikeda cuando afirmó que “La década siguiente, entre este nonagésimo aniversario y el centenario de nuestra organización (en 2030) será crucial para la Soka Gakkai. Debemos decidirnos, más todavía, a dar una prueba triunfal de nuestra revolución humana, a transformar todo este gran mal en un gran bien, y a imprimir un cambio positivo en el destino de la humanidad”.
Chris Steains, Australia: La pandemia ha hecho evidente la interconexión de la vida en nuestro planeta. Creo que también ha puesto de relieve la importancia de las medidas que toman los gobiernos y las personas en el mundo. Ante la crisis, siento que las acciones basadas en intereses personales saltan a la vista de todos. Al mismo tiempo, las acciones que se basan en un interés genuino por los demás y en un sentido compartido de la lucha humana, también resultan patentes como creadoras de valor. Pienso que este tipo de conciencia potenciada por la crisis es clave para el desarrollo humanístico de los hombres y mujeres del mundo.
La Soka Gakkai fomenta lazos de amistad entre las personas con la actitud de atesorar a cada persona que está delante de uno. El diálogo sincero y la solidaridad en la amistad es lo que necesitamos en esta época.
