Budismo, miedos y sueños: Un diálogo intergeneracional
Jóvenes miembros de la organización Soka Gakkai en Alemania dialogan con dos personas que tienen muchos años de experiencia en la práctica del budismo Nichiren, Kimiko Brummer y Yoshi Matsuno, sobre la perspectiva budista acerca de cómo lograr los sueños y afrontar los miedos.
Marina Andreae: Mi sueño es ser médica. Sin embargo, cuando pienso en la responsabilidad, en los errores que podría incurrir y en lo que tengo que hacer, a menudo me da miedo no conseguirlo o no estar a la altura. ¿Cómo puedo afrontarlo?
Yoshi: En primer lugar, creo que es absolutamente normal tener miedo a algo nuevo. Incluso yo, con mis 74 años, tampoco me siento libre de temor. Por eso puedo entender que tú -como miembro de una generación más joven, con mucho por delante- sientas aún más miedos. Nadie sabe lo que nos espera. Pero una cosa es «completamente cierta»: y es que moriremos algún día. El budismo nos prepara para este y otros momentos decisivos de la vida, que pueden llegar en cualquier momento.
Afortunadamente, hemos abrazado Nam-myoho-renge-kyo, la ley esencial de la vida y del universo, que abarca tanto la vida como la muerte. Por tanto, podemos decirnos: «Ya tengo lo más importante. Pase lo que pase, acepto el reto y aprendo de él. Estoy acumulando experiencia en esta existencia hacia la próxima y las siguientes». Esto te dará una perspectiva diferente.
Al final, la fe consiste en comprenderse a uno mismo: ¿Quién soy? ¿Qué es la vida? ¿Cómo quiero vivir? Estas preguntas son el punto de partida.
Por otro lado, sería una pena que no hicieras realidad tu visión profesional o incluso tu propósito en la vida a causa del miedo. En realidad, puedes hacer lo que quieras y, al final, siempre saldrás ganando porque tienes la práctica transformadora de recitar Nam-myoho-renge-kyo. Así que, por favor, no te acobardes. Valor, valor y otra vez valor. Esa es mi recomendación.
Kimiko: Yo también pertenezco a la generación de Yoshi. Es un verdadero placer hablar con ustedes, los jóvenes. Cada uno tiene sus propios sueños y esperanzas. Pero como no todo va sobre ruedas en la vida, necesitamos coraje. Es realmente una pena cuando no podemos reconocer nuestra propia valía y por ende, no llevamos una vida segura de nosotras mismas. Porque si eres capaz de creer en tus posibilidades y en tu propio potencial, puedes crear un enorme valor con tu vida.
Al final, la fe consiste en comprenderse a uno mismo: ¿Quién soy? ¿Qué es la vida? ¿Cómo quiero vivir? Estas preguntas son el punto de partida. La fe es el punto de partida. El budismo nos anima a ponernos en camino y a encontrar respuestas a estas cuestiones. Sin embargo, tenemos que recorrer el camino por nosotros mismos. No debemos poner en el centro de nuestra vida a otras personas, a nuestro entorno o a determinadas circunstancias. Deja atrás las dudas. Vive de acuerdo con tu clara determinación y persigue tus sueños. Mantente fiel a ti misma. El valor para hacerlo reside en nuestro interior. Solo tenemos que exteriorizar este coraje de las profundidades de nuestro ser a la luz del día. Para eso sirve la práctica budista.
Superar el miedo
Louis Funke: Desde una perspectiva budista, ¿es el miedo básicamente algo negativo? ¿Son los sueños siempre algo positivo en nuestra vida?
Kimiko: Todos tenemos miedos, como dijo Yoshi. Pero, renunciar a un sueño por miedo al fracaso es el peor error que puede cometer un joven. El pasado ya fue y el futuro aún no ha llegado. Sigue moviéndote, céntrate en lo que tienes delante de ti y continúa diciéndote: «Hoy empiezo. Empiezo desde este mismo momento».
Lo importante es dar el primer paso. Una vez que lo hayas hecho, te dará valor para dar el siguiente. Los sueños siempre son algo positivo si tienes la actitud de decirte: «Voy a comenzar a hacerlos realidad ahora, en este instante».
Yoshi: Es una pregunta muy importante. Por pequeños o grandes que sean tus sueños, lo peor es quedarte paralizado por el miedo.
Con independencia de los problemas que surjan, tenemos el mayor poder que existe: el poder que proviene de entonar Nam-myoho-renge-kyo, que activa nuestra naturaleza inherente de Buda. Pero este poder es útil solo cuando lo ponemos en práctica. Nichiren nos mostró que, como seres humanos, tenemos la capacidad de superar todo tipo de circunstancias. Por eso, deseo que los jóvenes tengan una fe firme y una fuerte convicción.
Cuando superamos las dificultades a través de la fe y acumulamos experiencia, nos damos cuenta de que el poder de la Budeidad está dentro de nosotros. Este poder puede hacer posible lo imposible.
Si solo intentamos aquello que creemos que es posible y nunca nos enfrentamos a nuestros límites, ¿dónde queda entonces el desarrollo de la humanidad? Debemos atrevernos a intentar algo nuevo, algo que aún no se haya pretendido. Esos pasos valientes son los que conducen al desarrollo.
La necesidad de soñar
Anna Corbioli: ¿Cómo sé si mis sueños son buenos para mí?
Yoshi: Tener sueños es precioso. Incluso a mi edad, sigo teniendo sueños. Sin ellos, tampoco hay esperanza. Independientemente de que tu sueño se haga realidad o no, debes tenerlos. Y para cumplir tu sueño, también necesitas plantearte objetivos concretos. Desde esta perspectiva, una vida sin sueños es en realidad una forma de «burocracia» en la que solo intentas llegar a fin de mes hasta la edad de jubilación. Pero con nuestra práctica budista, podemos realizar mucho más.
Si sólo intentamos aquello que creemos que es posible y nunca nos enfrentamos a nuestros límites, ¿dónde queda entonces el desarrollo de la humanidad?
Cuando albergamos sueños -grandes o pequeños- y empezamos a dar pasos concretos para alcanzarlos, nuestra capacidad se desarrolla y podemos descubrir habilidades que no imaginábamos tener. Las experiencias negativas y los viejos patrones de pensamiento del tipo: «No soy capaz de hacer esto; esto es imposible», se desvanecen y revive algo que siempre ha existido dentro de nosotros, pero que ha estado olvidado durante mucho tiempo.
Kimiko: Los sueños son la expresión de los deseos más profundos de nuestro corazón. Lo importante es dar el primer paso hacia su realización. En ese sentido, Martin Luther King dijo una vez que no había que ver toda la escalera sino que lo importante era subir el primer peldaño.
Cuando nos quedamos quietos, vemos las cosas solo desde una perspectiva, pero cuando empezamos a movernos y seguimos moviéndonos, vemos muchos aspectos nuevos, el camino se abre y podemos ver con más claridad si nuestro sueño es bueno para nosotros o no. Puede que los resultados no sean evidentes de inmediato. Y, por cierto, no siempre obtenemos los resultados tal cual lo esperábamos. Sin embargo, si no damos ese primer paso, no experimentaremos ningún logro y nunca alcanzaremos nuestro objetivo.
Es importante considerar nuestra determinación como una causa, como una semilla que sembramos. Una simiente echada en la tierra no se puede ver desde la superficie, pero llegado el momento, germina rompiendo el suelo y a partir de la plántula se van a desarrollar las primeras hojas verdaderas, luego las ramas y, con el tiempo, se tornará en un gran árbol. Con determinación y paciencia, la semilla se convierte en un gran árbol. No es razonable esperar que las semillas sean esparcidas en el suelo por sí solas. Ahora es el momento de hacerlo.
En una ocasión, el presidente Ikeda asistió a una reunión del grupo de escritores de la Soka Gakkai de Japón. Cuando preguntó a uno de los participantes a qué se dedicaba profesionalmente, este le respondió que no se sentía un buen autor, ya que solo escribía novelas eróticas baratas. La gente de su entorno lo criticaba a menudo por escribir esas «novelas basura». Diciendo que no podía hacerlo mejor, le preguntó al presidente Ikeda qué debía hacer. Entonces, él lo animó a ¡escribir todas las novelas baratas que pudiera!
Conocí a este señor más tarde, en el transcurso de mi trabajo para la editorial Ushio, y me contó que había tomado este estímulo con todo su corazón y lo había puesto en práctica. Escribió y escribió y, después de haber escrito innumerables novelas baratas, llegó un día en que se cansó. No podía escribir otra. Se hartó y quiso hacer otra cosa.
De modo que empezó a escribir una novela «de verdad» y tuvo un gran éxito. Compartió esta experiencia conmigo y me dijo: «Estoy muy agradecido al presidente Ikeda por animarme a seguir adelante. Gracias a ello, pude encontrar mi propósito y desplegar todo mi potencial». Así es. Así es que sigue ¡adelante!
La importancia de una sola persona
Julius Schuster: Tengo miedo de que los seres humanos estemos destruyendo nuestra existencia en el planeta Tierra, y a menudo me siento muy impotente. Veo este peligro aunque tampoco actúo siempre de forma sostenible. ¿Por qué nos destruimos a nosotros mismos?
Kimiko: Hace poco leí un artículo sobre el alpinista Ken Noguchi. No tuvo buenos resultados en la escuela y dejó los estudios sin poder graduarse. Un día leyó un libro sobre un famoso alpinista que le inspiró el deseo de crear valor en la vida. Así que él también decidió escalar una montaña. Con 25 años, conquistó la cima del Everest, convirtiéndose en la persona más joven de su época en completar las Siete Cumbres, que consiste en subir al pico más alto de cada continente. Esto le hizo muy famoso. Sin embargo, su guía porteador, un sherpa, no obtuvo ningún reconocimiento, a pesar de que había arriesgado su vida para apoyar y proteger a Noguchi.
Los sherpas son un grupo étnico originario de las regiones más montañosas de Nepal. Son pobres y, por desgracia, tienen pocas oportunidades de recibir una buena educación escolar. En agradecimiento a su guía de montaña, Noguchi creó un fondo para niños sherpas huérfanos. En una aldea nepalí, preguntó a los niños cuáles eran sus sueños. El intérprete le dijo que los niños de esa aldea no tenían sueños porque no sabían nada del mundo y no tenían acceso a libros, ni televisión ni electricidad.
Noguchi construyó allí una escuela y el ambiente del pueblo cambió. Al cabo de un par de años, volvió a visitar la aldea y preguntó de nuevo a los niños cuáles eran sus sueños. Ahora sí tenían sueños y respondieron diciendo cosas como: «Me gustaría ser maestro», «A mí me gustaría ser piloto».
También se dio cuenta de que las montañas estaban llenas de basura, por lo cual organizó un grupo de alpinistas y juntos la recogieron. Al principio, la gente se reía de él, diciendo que era imposible limpiar toda la basura. Sin embargo, poco a poco, su iniciativa fue fructificando.
Dijo que podemos empezar algo y dar cinco pasos adelante. Pero entonces, puede suceder que, por alguna razón, tengamos que dar cuatro pasos hacia atrás. Sin embargo, una vez que hemos empezado a caminar, nunca tenemos que retroceder todo el camino. El avance que hemos logrado, permanece. Y gracias a ese primer paso, podemos seguir avanzando. Esta continuidad es lo importante. Su actitud, dijo, era no rendirse nunca.
Martin Luther King dijo una vez que no había que ver toda la escalera sino que lo importante era subir el primer peldaño.
También recuerdo las palabras del presidente Ikeda: Un gran bosque comienza con la primera semilla. Un largo río comienza con la primera gota de agua. El desarrollo de una sociedad mejor comienza con una sola persona. Esto significa que puedes empezar justo donde estás, como el señor Noguchi, con un primer paso. Era solo una persona, pero vio un problema, actuó y fue capaz de cambiar las cosas. Su historia me inspiró, y espero que a ti también.
Yoshi: El Buda Shakyamuni se hizo la misma pregunta: si teníamos futuro en este planeta. Su respuesta fue que cada persona debía emprender su propia transformación interior. Ahí reside la solución. Nichiren Daishonin también se planteó esta cuestión y analizó que, lo que conduce a catástrofes como la guerra, el hambre y las epidemias, eran los tres venenos de la codicia, la ira (incluida la arrogancia y la discriminación) y la ignorancia.
Son los propios seres humanos los causantes de las calamidades. Las causas de la catástrofe global están dentro de nosotros, y tenemos que superarlas. Por eso, nuestra revolución humana es lo más importante, como siempre recalca el presidente Ikeda. Esta es lo conciencia que debemos difundir a nivel mundial.
El Sutra del loto salvaguarda el valor de cada ser vivo de este universo. En el fragmento del sutra que recitamos como parte de nuestra práctica budista, aparece el siguiente pasaje: «Mi pensamiento constante es cómo hacer para que los seres vivos accedan al Camino insuperable y adquieran rápidamente el cuerpo de un buda», es decir, alcancen la felicidad suprema. Este es el sueño de todos los budas.
Mi sueño personal es que la generación más joven revitalice nuestra sociedad. Mi sueño es que difundamos la filosofía de la felicidad por todo el mundo. Espero que te pongas al frente de este movimiento.
Esta conversación forma parte de una serie publicada en la revista Forum de la SGI de Alemania, en la que los jóvenes formulan preguntas a practicantes veteranos del budismo Nichiren sobre temas relacionados con la vida cotidiana y los desafíos. Lea «Budismo, amor y amistad», el primer artículo de la serie.
Queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a Yoshi Matsuno, que falleció antes de la publicación de este artículo.