Acción climática y la necesidad de transformación
Por qué cada uno de nosotros es importante en el relato del cambio climático y por qué cada comunidad de fe tiene un papel de suma importancia que desempeñar.
El divulgador naturalista David Attenborough advirtió que el cambio climático «es la mayor amenaza para la seguridad a la que se han enfrentado los seres humanos modernos». Si la crisis climática alguna vez pareció una amenaza distante, la creciente frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos ha hecho que su realidad sea cada vez más clara. El 2021 ha sido descrito por el secretario general de la ONU, António Guterres, como «un año crucial en la lucha contra el cambio climático».
Si bien muchos se sienten sin poder a la sombra de un desafío tan abrumador, cada vez más personas y grupos quieren saber qué pueden hacer para marcar la diferencia, qué transformará el curso actual del cambio climático.
Una oportunidad crucial
En enero de 2021, jóvenes líderes de cinco tradiciones religiosas se reunieron en un seminario web para compartir perspectivas y debatir qué se está haciendo en sus propias comunidades religiosas para crear conciencia y fomentar la acción positiva. El diálogo destacó el potencial que tienen las comunidades religiosas para educar, inspirar y movilizar a las personas para dicha causa a través de sus conexiones.
El encuentro formó parte de la serie de seminarios web mensuales titulados «Bodisatvas para la Tierra», que se han realizado desde octubre de 2020, organizado por la SGI del Reino Unido y el Centro de Budismo Aplicado. Cada seminario web tiene un enfoque diferente, que reúne a expertos y activistas para buscar sugerencias positivas para un futuro esperanzador. La serie está abierta al público y es la antesala de la conferencia internacional sobre el cambio climático, COP26, en Glasgow en noviembre de 2021, donde las negociaciones internacionales supondrán una oportunidad crucial para mantener el calentamiento global en un nivel inferior a 1,5 ºC.
La fe es una llamada a la acción
La reunión que tuvo lugar en enero, con su enfoque interreligioso, se tituló «Acción climática y la necesidad de transformación». Olivia Fuchs, miembro de la SGI del Reino Unido, quien moderó la reunión y también forma parte del comité directivo de la Red de Religiones por el Clima, inauguró el encuentro explicando la importancia singular de este desafío para los grupos religiosos:
«Nosotros, como grupos religiosos, tenemos el deber de actuar por el clima porque la crisis climática representa una amenaza existencial, en lo más profundo, contra la humanidad y toda la vida en la tierra. Al igual que la pandemia del coronavirus, subraya las desigualdades e injusticias que afectan más severamente a las comunidades pobres y desamparadas. Siendo personas de fe, debemos tratar de encontrar la valentía moral para confrontar tales injusticias y defender así la justicia climática y lidiar con la cuestión trascendental de cómo podemos cambiar nosotros mismos y nuestra sociedad».
En su explicación del significado de la «transformación» presente en el título del seminario web, Amandeep Kaur Maan dijo: «Como comunidades de fe, reconocemos el potencial transformador de los seres humanos individual y colectivamente, y comprendemos la trascendencia de la transformación interior y exterior necesaria para que cada uno pueda minimizar y responder a la crisis climática… Creemos en la creatividad inherente y el potencial del ser humano para colaborar y encontrar nuevas soluciones a los problemas que enfrentamos. Y, con el tiempo, hemos desarrollado comunidades sólidas y resilientes dedicadas a apoyar y cuidar unos a otros y a los más vulnerables».
La fe en el potencial transformador de los seres humanos está en el corazón del budismo Nichiren. Como describió Jamie Creswell de la SGI del Reino Unido, director del Centro de Budismo Aplicado, toda transformación comienza por el cambio en nuestra propia vida: el cambio interior conduce al cambio exterior. Este es el concepto de «revolución humana». Todo está interconectado, por lo que cada uno de nosotros es importante y cada uno marca la diferencia.
Acción, colaboración y educación. Estas son las tres prioridades del Grupo de Trabajo de las religiones de la COP, según explicó Olivia. La educación y la acción tienen que ver con el fomento del cambio en el comportamiento y estilo de vida «individual y colectivo y poner en orden nuestra propia casa como comunidades de fe». Y la colaboración se refiere a cómo podemos trabajar juntos como personas de distintas procedencias religiosas.
Del diálogo a los cubiertos
Los ponentes mismos fueron un ejemplo de cómo unas pocas personas comprometidas con el medioambiente pueden convertirse en una fuerza movilizadora para la comunidad religiosa en general, incluso al influir en los líderes de su propia comunidad quienes, a su vez, pueden ejercer esta influencia en sus comunidades.
Devena Chouhan, Coordinadora de Iniciativas de Jóvenes de la Hindu Climate Action, señaló: «Hay cerca de un millón de hindúes en el Reino Unido. Si somos capaces de iniciar un diálogo sobre el cambio climático en nuestra comunidad y sobre las medidas más urgentes que tenemos que tomar, podemos inspirarla para que sea más ecológica y ayudar a las organizaciones a reducir su huella climática». Tal es el poder de una comunidad.
Algunos ejemplos compartidos por estos activistas de iniciativas educativas dentro de sus respectivas comunidades son:
- retransmisiones mensuales de conversaciones con expertos;
- talleres con imanes;
- talleres con estudiantes;
- intercambio de información y recursos a través de las redes sociales;
- recursos audiovisuales y folletos como la «Guía musulmana sobre una vida sustentable», que se inspira en la enseñanza del islam para alentar a las personas a vivir de manera más sostenible;
- el proyecto Pequeños Pasos que reúne a niños de distintas religiones para aprender sobre la vida sostenible;
- la promoción del consumo responsable; y
- enseñar a las personas a gestionar los residuos domésticos.
Ejemplos de acción desde saneamientos y campañas internacionales de plantación de árboles hasta la ecologización de los lugares de culto; la promoción del uso de zonas verdes en la comunidad para promover carreras en el sector medioambiental. Kamran Shezad, líder en sostenibilidad para la Fundación Bahu y asesor sobre cambio climático para la Junta Asesora Nacional de Mezquitas e Imanes en el Reino Unido, describió una iniciativa a través de la cual las mezquitas han reemplazado los cubiertos y vajillas de plástico por otros biodegradables o reutilizables para el iftar, la comida nocturna con la que se rompe el ayuno durante el mes del Ramadán. Uno de estos puede implicar a cientos de personas en cualquier mezquita.
La naturaleza de la transformación
Sin embargo, como señaló Kamran, «Nuestra principal transformación debe ser espiritual. Podemos organizar tantos eventos y actividades como queramos, pero no serían legítimas ni servirían de mucho si no estuvieran vinculadas a los valores de nuestra fe… sería simple retórica».
Cada tradición religiosa enseña a las personas la importancia del respeto por la naturaleza: la responsabilidad de proteger la creación de Dios en las religiones abrahámicas; la orden hindú para ver la divinidad en todos los seres; la enseñanza budista de la interdependencia de toda vida; y la unidad de la creación en la religión sij. Cuando examinamos la esencia de cada tradición, vemos que nuestra espiritualidad se entrelaza con la ecología de la Tierra. La alusión a dichas raíces espirituales puede proporcionar un impulso poderoso para promover el cuidado del planeta, protegiéndolo para las futuras generaciones.
Como señaló Talia Chain, CEO de Sadeh Farm, una granja judía y centro de retiro medioambiental situada en el Reino Unido: las religiones están perfectamente preparadas para pensar en las próximas generaciones de una manera en la que los gobiernos no lo están. Estos tienen una visión cortoplacista, mientras que las religiones se basan en transmitir tradiciones de generación en generación. «¿Existirá un mundo en el que los hijos de los hijos de nuestros hijos puedan crecer? Desde luego este debe ser el enfoque central de todo lo que hacemos como personas de fe».
Los ponentes expresaron su profundo agradecimiento por el aspecto colaborativo en torno a este cometido, así como un sentimiento compartido de crisis y urgencia, un sentido de misión compartido y la oportunidad de aprender e inspirarse mutuamente.
(Véase también Una respuesta budista a la crisis climática, un extracto del primer seminario web de esta serie)